jueves, 29 de mayo de 2008

Un lugar cómodo para estar...

El día de ayer fue uno de aquéllos que inició con un tránsito lento e inacabable. Por más de dos horas fui atrapado en sus entrañas y a punto estuve de sucumbir ante el estréss y el coraje de llegar hora y media después de mi hora de entrada habitual al trabajo.

No me quedó otra que conectar los audífonos del reproductor portátil y aislarme de aquél evento tan desagradable y letal para el buen ánimo.

Busqué entre los playlists que había preparado desde el día anterior, como cual si fuera visionario de aquél infortunio vial, y encontré aquél que contenía música de la década de los noventas... una minuciosa selección de aquellas canciones que me disparaban los mejores recuerdos de aquella época.

La selección de canciones está ligada estrechamente a aquellas películas que me formaron un criterio y un parámetro para apreciar el cine. Según avanzaba el tiempo y avanzaba el playlist, me sentía como en aquellos spots comerciales donde el que va escuchando su reproductor queda envuelto en una burbuja de música que lo aparta del mundanal ruido. Les juro que así me sentía, poco a poco me introducía en una burbuja placentaria que me apartaba de la angustia de llegar tarde, del pendejete que por sus pistolas a huevo se quiere meter delante de mí o de las ambulancias que piensan que son delgadas cual sílfides y van buscando un espacio por donde colarse, valiéndoles madres si se llevan un espejo retrovisor en el camino.

Mi mente me llevó a la mitad de los noventas donde escuchar Rock 101 por las mañanas con Jordie Soler comentando la película en turno de Ken Loach, o las recomendaciones del "Flaco" de la cartelera de la semana eran la neta. Empire Records, Las Edades de Lulú, Pulp Fiction, Las alas del deseo, Tan lejos tan cerca, Undreground, Trainspoting, y muchas otras películas me envolvieron en un estado tan rico... tan confortable... realmente me llevaron a un lugar muy cómodo para estar durante el tráfico...

Por cierto, tener el sol de las 8 y media de la mañana, iluminándolo todo de naranjas y tonos ámbar es toda una experiencia mientras estás escuchando "Born slippy" de Underworld... hasta parece que vas a ver al buen Renton con su maletota de lana caminando entre los automóviles parados y sonriéndote socarrón.

Honestamente considero una práctica muy sana esa de crearse "zonas de seguridad y comodidad" para poder afrontar lo pesado que puede resultar una situación cotidiana desquiciante como lo es el tráfico. En alguna otra ocasión que quedé atrapado, me coloqué los audífonos, subí las ventanillas del carro y me puse a cantar a bocajarro rolas de Fobia, Los Fabulosos Cadillacs, Café Tacvba, Soda Stereo y otros más. Además de lograr entrar a la burbuja de comodidad y fuga, llegué al trabajo tan relajado y tan cool como si me hubiera pasado un fin de semana al lado de una alberca.

Es bueno iniciar los días así... con cosas que te pongan de tan buen humor. En fin... Por cierto, hoy salí a la misma hora de ayer y resulta que me hice nada más 40 minutos de la casa al trabajo. Por la misma ruta que ayer.

Así pasa a veces.

Abur

No hay comentarios:

En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

---