miércoles, 21 de mayo de 2008

Actitud

Uno de los personajes que más me ha gustado leer en el fabuloso mundo de los comics fue aconsejado por su padre con la siguiente frase: "Un hombre no se mide por el modo en que cae a la lona, sino por cómo se levanta."

He aprendido que hasta para darse un madrazo en el suelo hay que tener estilo y hay que hacerlo con cierta gracia. Incluso, cuando se tenga el agua hasta el cuello, hay que actuar con cierto garbo y aplomo. La forma en que reaccionamos ante los eventos inesperados que se dan a diario nos va forjando el carácter y nuestra personalidad. En eso consiste tener actitud ante la vida.

De cierta manera, la actitud es lo que nos va a definir primariamente ante los demás: la manera en que nos movamos, en la que actuemos e, incluso, en la que reaccionamos ante lo que nos presenta la vida día con día, conforman en conjunto la parte esencial de cada uno de nosotros.

La actitud es la etiqueta con la cual seremos identificados por el resto de los seres humanos. Es el modjo de nuestra personalidad.

A final de cuentas todo es cuestión de actitud.

En lo personal prefiero ser de los que se pandean pero no se quiebran, eso le da algo de flexibilidad a mis reacciones. Aunque no siempre estoy instalado en la misma actitud: algunas ocasiones tiendo a ser muy perfeccionista o muy aprehensivo... otras más valemadrista o reflexivo.

Hay quienes están en estado casi permanente de alegría y de gozo ante la vida, los hay ominosos y grises, despreocupados y cachondones... en fin.

¿Y tú?... ¿Cómo es tu actitud ante la vida?

PD.
Este post como que no me gustó mucho. Y hago constar que no le puesto sólo para cumplir con la cuota pero... bueno, eso ya dependerá de con qué actitud lo lean.

Abur.

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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