miércoles, 7 de mayo de 2008

Nada es verdad, nada es mentira... todo depende del cristal por donde se mira...

Entre las cosas que más me molestan en la vida se cuentan el pago de impuestos, conducir con mucho tránsito, la estulticia espontánea, la falta de educación de la gente que parece animal y empuja, la hipocresía, guardar las apariencias y la falta de huevos para decir las cosas de frente.
Y este post está dedicado a los últimos tres antes mencionados...

¿Para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo? Total... a veces un intercambio de opiniones encontradas es más sano que estar jugándole al vivo con indirectas o teléfonos descompuestos.

Por ahí dicen que a río revuelto, ganancia de pescadores... Y hay personas que les encanta revolver el río una y otra vez, mientras al mismo tiempo se quejan de tal situación. No sé si lo hagan por estrategia de dominio... por mera comodidad de no afrontar la situación o simplemente porque su mente ya está retorcida y utiliza el pensamiento lateral. Creen que manteniendo la confusión y fomentando la desinformación van a cubrir sus huellas o van a desviar la atención de sus conductas equivocadas. Creen que sembrando el terror y la desolación van a lograr el respeto de sus subalternos. Creen que robando la esperanza de crecimiento de los demás van a poder mantenerse exitosos y sobresalientes. Y lo peor de todo es que quienes nos damos cuenta de todo ello no hacemos nada. Fingimos que no sucede y tácitamente aceptamos que nos pasen por encima.

El hecho es que hacer como que no pasa nada cuando en realidad el mundo se nos viene encima o de plano ni siquiera sabemos dónde tenemos la cola, cual burro de fiesta infantil, es una práctica común en este mundo nuestro de oropel. La cultura del "no pasa nada", esa ceguera autoinducida o autoimpuesta para no aceptar una situación que se nos sale de las manos y no podemos manejarla de manera adecuada. Yo le llamaría cobardía a enfrentar las consecuencias de nuestros actos. Falta de huevos, como diríamos entre compatriotas.

Y hay a quienes les sobran los huevos para someter a otros. Las tiranías no son sino convenciones entre el dictador y sus oprimidos. El oprimido tiene la comodidad de vivir bajo el yugo de un padre dominante que le da todo aunque ese todo sea poco y deficiente. Más vale malo por conocido que... ¿bueno? ¿quién habla?...

Hay personas cuya vida es un cúmulo de mentiras y distorsiones de la realidad, simplemente porque no tienen la capacidad de confrontarla como es. De ahí se derivan las decepciones que pueden provocar en las personas que se dan cuenta de su carencia. Es decir, una vez que les caes en la maroma, caen de tu gracia.

¿Por qué será que nos cuesta tanto aceptarnos tal cual somos? Ocultamos nuestros defectos con otros defectos que creemos servirán de distractores, y en realidad no funcionan así.
Vivimos en un mundo distorsionado por la misma gente que vive en él. Vivimos mentiras diarias que tomamos con la mayor naturalidad.

Hace poco escuché que el sindicato de mineros volvió a elegir al tal Napito como su dirigente hasta el dosmil y madres... pero... ¿acaso no es ese el mismo personaje que tiene una orden de aprensión en su contra y que vive refugiado en el extranjero? ¿no es el mismo tipo al que le dedicaron tantos spots televisivos denunciando sus fechorías? ¿acaso quienes votaron por él lo hicieron con la convicción de que era lo correcto o simplemente fueron comprados, amedrentados o amenazados?

Otro ejemplo es la elección de un dirigente de un partido de izquierda que representa la nueva ola política del país y que es cuna del "presidente legítimo" del mismo. A meses de haberse realizado los comisios, todavía no se pueden hacer los recuentos de los votos y nos vienen con pretextos y procesos alternos y complementarios que si bien se hubieran realizado durante las elecciones presidenciales, ellos mismos hubieran puesto el grito en el cielo.

Pero... ¿A quienes creen que engañan? ¿Que no ven que la mierda ya les rebasó el cuello?
Y así es en todos los niveles... hay personas que se dicen tus amigos y en tu ausencia te hacen campaña con otras personas para chingarte "sólo por deporte"... o grandes cuates que te venden y te tienden trampas para despedazarte ante la opinión pública "solo por negocio"... y aún así te miran a los ojos y te dicen que "no es nada personal, compadre... sólo sigo órdenes"...

Vivimos en una era de egoísmo crónico donde la consciencia gremial vale para pura madre ante los intereses personales. Ya no se trata de pertenecer a un grupo de poder, sino de poseer el poder absoluto. Ya no se trata de mantener alianzas y objetivos comunes... sino de ver a quien le endilgamos nuestros errores para que pague por nuestras culpas. Y nosotros salir limpios.
A algunos se les ha enseñado desde la cuna la máxima de que "quien no tranza no avanza" y son legión quienes lo llevan a cabo en la vida diaria. Todos son víctimas en alguna medida de otras víctimas de actos de corrupción, fraudes, trampas y engaños.

Stalisnav Lem, en su novela "Congreso de futurología" nos muestra de manera lisérgica una sociedad que tiene que recurrir al uso de drogas para disfrazar la realidad que todos se empeñan en evadir. Quizá hace algunos años pareciera una trama loca y difícil de entender. Hoy es una realidad. Es el pan nuestro de cada día.

Aparentamos lo que no somos, nos partimos el lomo en conseguir objetos que nos definen ante los ojos de los demás, a pesar de que quizá en obtener esos objetos se nos vaya la vida. Damos por sentadas situaciones que sólo existen en nuestras cabezas, hablamos de los ausentes como si acabáramos de verlos hace apenas un rato. Proyectamos imágenes de poder y de valentía ante nuestros espectadores y llegamos a casa con el temor de enfrentar una pared vacía que nos escupe a la cara que a nuestra soledad nada le importa nuestro estatus o nuestro poder.
Olvidamos lo que es compartir un momento en pos de exhibir una pose o demostrar quién es más: "¡yo soy más cabrón que tú!", "¿ah si? ¡pues tú me la pelas!", pura testosterona derramada en frases valentonas y actitudes aniñadas...

La vida es una competencia por la supervivencia del más apto... pero es bien sabido que una manada tiene mayor posibilidad de supervivencia que un individuo aislado.

Nos dicen que el calentamiento global va a hacer que al mundo que le dejemos a nuestros hijos se lo cargue la chingada... y en respuesta nos echamos una cajetilla de cigarros cuyas colillas van a dar a la maceta del pasillo o a la coladera.

No hay congruencia en nuestros actos. Nos dejamos llevar por el consumismo, para mejorar nuestra imagen y sólo logramos acrecentar nuestra insatisfacción.

¿Cuándo fue la última vez que disfrutamos de un tiempo a solas?

¿Cuándo fue la última vez que no buscamos un pretexto para evitar llegar temprano a casa?

¿A cuántos de nosotros nos ha causado una real satisfacción cualquier cosa que hayamos realizado el día de hoy?

¿A cuántos no nos han ganado las prisas el día de hoy?

¿Cuántas veces has sonreído hoy?

Y esto aqui no termina... por el momento así lo dejo...

Abur

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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