lunes, 5 de mayo de 2008

La Nata Cósmica

La mayor parte del tiempo suelo quejarme de que no pasa nada interesante en mi vida. Y en ocasiones me parece que quien escribe mi historia es un dios resentido que se divierte de manera por demás insana con lo que me sucede.

Me puse a sacar blogs de cuentos y de poesía con la esperanza de seguir cultivando esos talentos en mi... y honestamente no he podido hacer nada más de lo que ya hube escrito hace algunos años. Sólo me la he pasado con transcripciones de lo que hice algunos ayeres ha.

No es muy difícil que me baje la musa para que me ponga a mover los deditos y a escribir como loco para poder expresarme... el gran pedo en todo este rollo es que no me salen las cosas como quiero. Eso y mi gran dispersión con la maravilla tecnológica que es internet.

Me pongo a pensar en tal o cual trama, o me pongo a investigar para darle profundidad a los personajes, pero... oh desgracia... me encuentro con tal novedad en los comics o en los discos recomendados y comienzo a abrir páginas o a mirar videítos en youtube o a hacer una y mil babosadas que me desvían de mi meta inicial... y cuando me dispongo a retomar brecha... ahí me doy cuenta de que atrasé en la realización de algún trabajo o de plano ya me fastidié de estar frente al monitor.

Como muchas de las cosas en la vida con las que me quedé con ganas de hacer, (a veces por falta de decisión y muchas otras por falta de ganas, y otras más por pura y simple pendejez), voy dejando de lado mis historias y mis escritos, y termino recriminándome cada vez que veo que a alguien se le ha ocurrido algo semejante y si tuvo los tamaños de llevarlo a cabo. Ahí es cuando me doy cuenta de que mi propio sistema de autosabotaje se llama falta de disciplina.

Algún genio dijo en alguna ocasión: "la inventiva es 10% creatividad y 90% horas nalga". A mí la creatividad me sobra, pero a veces la tenacidad y la necedad suficiente para estar sobre un mismo asunto hasta verle fin es lo que me hace falta.
Y saberlo no es consuelo alguno. Porque sigo sin encontrar la fórmula para seguir empeñado en un mismo asunto sin dispersarme.

A este estado le llamo la Nata Cósmica. Es como un estado perenne de lelez (referente a un estado de permanencia lela) que le come a uno las ganas poco a poco hasta que lo sumerge en la más hedionda mediocridad. Y no, no me considero mediocre. Simplemente es que mi propia dispersión a veces me fastidia y me gustaría poder utilizar mejor mis "tiempos muertos" para poder encauzarlos en la continuidad de mi legado literario (¡ámonos con el término pomposo y mamonsón que se me acaba de ocurrir!).

Muchas veces nos quejamos de que nada sucede en nuestras vidas, pero es la Nata Cósmica la que nos invade como un cáncer... y mucha culpa es de nosotros mismos por querer permanecer sin hacer nada y sin hacer ningún esfuerzo.

En lo personal, eso me deriva en angustiosas noches en las cuales me debato entre la semivigilia y el sonambulismo. Obvio, termino molido, por no haber descansado ni madres y con la mente llena de imágenes revueltas y situaciones raras que me gustaría poder fotografiar en ese momento, pero como se trata de una jibación mental por ansiedad durante el sueño, pues ni madres de poder hacerlo.

Hasta ahora el único ejercicio mental semiliterario que he practicado ha sido el de hacerle arreglos a las canciones que le canto a mi bebé para arrullarlo... de esta manera saco arrullos infantiles a ritmo de Funky Town o de Molotov, eso sí, siempre haciendo patente mi amor de padre y la importancia que tiene mi hijo en mi vida.

Pero aún así no deja de ser uno parte de la Nata Cósmica.

Releo lo que llevo escrito en este post hasta este momento y me recuerdo a mí mismo la forma en la cual se hablaba de la Nada en la novela de la Historia sin Fin. Sin ofender al Maestro Ende para nada. Pero sí... sólo baste recordar los momentos en los cuales uno ha caído en las garras de esta ísima Nata y se la ha pasado contemplando la inmortalidad del cangrejo quejándose de que las oportunidades no se le dan a uno para poder realizar lo que uno quiera y... efectivamente es lo que estoy haciendo precisamente en este momento... caer en la Nata...

Y como ya estuvo bueno de estarse quejando a lo wey... mejor doy por cerrado este asunto del post a la Nata Cósmica y mejor me retiro a comer... ojalá y en el camino se me ocurran algunas buenas ideas a desarrollar y que no se me desperdicien por estar sumergido en... ¡oh si! adivinaron, en la Nata Cósmica.

Abur.

No hay comentarios:

En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

---