lunes, 23 de junio de 2008

¿Por qué me está costando tanto trabajo escribir un cuento?

El otro día yendo de camino a casa para comer, me encontré una considerable cantidad de perros atropellados en el periférico (cinco perros en un día se me hace una considerable cantidad), a pesar de que no soy muy afecto de los caninos, siempre he pensado que un perro atropellado es sinónimo de un niño que ha perdido a un amigo o de un anciano que se ha quedado más solo en el mundo. Y siempre ha sido así... desde niño he tenido esa idea.

Por otro lado, alguien me platicó que los perros que tiene uno de mascota, al morir se convierten en una especie de guardianes de nuestras almas para llevarnos con bien al cielo cuando morimos. De hecho creo que hay una serie de películas animadas gringas con un tema parecido. Entonces... mientras estaba atrapado en el tráfico, una gimiente ambulancia comenzó a abrirse paso entre los automóviles para cumplir con su deber. En ese momento se me ocurrió una historia que explicara por qué los perros le aúllan a las sirenas de las ambulancias y de las patrullas... y me imaginé que era porque tenían la conciencia gremial de que en las guerras o en los caminos, cuando los perros se encontraban con los cuerpos de los heridos o de los muertos (aún no decido si niños o héroes) ellos los defendían de que los demonios se llevaran sus almas al infierno con sus aullidos... y que esos mismo aullidos atraían a los ángeles para vencer a los demonios.


Así que cuando escuchamos una sirena y los perros le aullan es porque no sólo una vida está siendo salvada, sino que su alma también está siendo defendida de ser arrebatada y llevada a los infiernos.


La idea ahí está... pero me ha costado mucho trabajo tratar de darle forma. Me gustaría hacerlo de tal forma que más adelante pueda ser un relato que pueda contarle a mi hijo sin que le cause miedo ni mucho menos.


Últimamente he estado alimentando mucho este blog con cosas cotidianas y con quejas, autorregaños, autocomplacencias (chaquetas mentales pa' que me entiendan y demás) pero no he podido concentrarme lo suficiente para poder escribir un cuento. De hecho he dejado muy solo mi blog de historias y cuentos.


¿Por qué me está costando tanto trabajo escribir un cuento? No lo sé... espero que sea sólo una fase. No quiero que esa idea sea otra de las que se me quedan en el tintero...


Sea pues...

sábado, 21 de junio de 2008

Éste nomás lo puse para ver qué sale...

El hecho de que no me salgan las cosas como las planeo, o como las quiero, no implica para nada que mi vida apeste. Aunque quizá algunes piensen que esta es una declaración propia de un pinche "luser" que no hace otra cosa que justificarse. Pos no. Ése no creo que sea mi caso... más bien creo que es otro de los subjects de lo que trata la vida. ¡A huevo que si!...


Ahora bien, usted estimad@ lector(a) se preguntará... "¿Por qué jijos está diciéndome esto, el wey este?"... o igual y ni siquiera se ha preguntado nada y tal vez piense... "¡Chale! Ya va a comenzar con sus densidades este chango"... sépase que ante cualquiera de las dos posiciones (y todas las que se les ocurra tomar) me vale madre lo que se piense. Pa' pronto.


La cuestión aquí es que por más que se antoja hacer tal o cual cosa (específicamente aplastarme en el sofá a ver un programa de TV o una película en DVD), el universo se mueve de tal manera que me toca pura de árabe, es decir, pos nomás me la Pérez Prado con música de Agustín Lara... porque si no es el momento cumbre de la novela donde el galán toscudo enseña las nalgas, es la noticia amarillenta de Adela Micha, o es el enésimo partido de fucho de la puticopa de la chingada, o bien a alguien se le ocurre escoger ese momento para participarme de una disertación sobre algo que me importa un reverendo pito, o bien, a alguien más se le ocurre que mi recién adquirida paternidad es un karma que me debe de abstraer de cualquier situación de solaz y esparcimiento... creo que si alguien ha leído de menos los últimos cinco posts que he puesto aquí se dará cuenta de que no llego a casa tras tener lo que sería precisamente una experiencia trascendental de meditación y regocijo espiritual... no señor... vengo de un ambiente laboral tenso, de pasar tres horas (mínimo) de mi vida en el tráfico, lidiando con cuanto granuja haya encontrado una licencia de manejo al final de una mano con billetes y un funcionario público corrupto, y otras tantas linduras que se van acumulando a lo largo de los días y de la semana.


Antes de proseguir quiero aclarar un punto: mi trabajo me encanta. La gente con la que trabajo (claro, tampoco todos)... no. Máxime si a estas personas les encanta pararse la nalga con lo que hago y no me corresponden de igual manera. Bueno, creo que de ese tema ya he escrito bastante.


El hecho es que poder ver algo en la tranquilidad del hogar se me ha vuelto una tarea imposible. Chingao, se supone que me debe de relajar y al contrario me resulta estresante por difícil de alcanzar. Vaya, en este momento que estoy escribiendo estas líneas hay un pendejo partido de México contra una selección de Belice que parece compuesta por despojos genéticos y eso me ha impedido ver una pinche película que me prestaron hace como un mes. Ayer me lo impidió mi perdida batalla ante el pendejésimo desnudo de Juan Reyes y el chingo de cansancio que me cargaba. El día anterior una lluvia de información sobre cómo se hacen unas monerías que en verdad no me interesan, y así sucesivamente.


Honestamente se me hace una gran injusticia que el simple hecho de querer ver algo para distraerme un poco se convierta en una tarea por demás imposible. Como dijera el maestro Fadanelli en un artículo que publicó hace meses: "Donde no existe justicia los seres humanos se vuelven lobos para sobrevivir, o viven temerosos"... o neuróticos y al borde de la histeria como en mi caso.


Por otro lado... creo que es algo bastante chido tener gente con la cual puedes convivir al llegar a casa. Vaya, por circunstancias especiales que no pienso ventilar, mi esposa, mi bebé y yo andamos pasando algunos días con mi familia de origen, así que tengo lo mejor de dos mundos a la mano: a mi esposa, a mi hijo y a mis padres, hermanos y abuelos. Mucha gente me espera cuando llego a casa, todos ellos me bombardean con preguntas de cómo me fué y de cómo estoy... siempre y cuando les responda en el comercial de la novela o en el medio tiempo del partido de fucho en turno.


Tal vez me sea una tarea imposible ver algo en la tele o en DVD... pero me llueven las atenciones y me procuran. Llego a repartir más besos que si fuera candidato a reina de belleza... es una emoción tal llegar a un lugar donde sabes que te esperan con gusto. Es padre tener esa sensación de que ya quieres llegar a ver a tu familia, de cargar a tu bebé y besar a tu esposa, de escuchar a tus abuelos quejarse de tus padres y viceversa. Pero nada se compara a mirar a tu padre jugar y hacerle monerías a tu hijo y trtarlo con tal cariño que hasta tus fibras más duras se enternezcan. O mirar a tu madre relacionarse con tu esposa como si fuera otra más de sus hijas, dándole consejos y conviviendo con ella de una manera afable y muy familiar. Y no se diga escuchar a tu esposa contarte al final del día lo bien que se sintió de salir a hacer las compras con tu hermana y que te haga saber que en ella ha encontrado a una amiga y no sólo a una mera cuñada.

Como dije al principio, el hecho de que las cosas no me salgan como las planeo o las espero, no implica que mi vida apeste. Es muy interesante esta nueva forma de poder relacionarme con mi familia, la de origen y la que estoy formando. Aunque tenga que darme a veces mis escapadas como en este momento, que quise terminar este post mientras ellos conviven un rato. No todo es aparentemente malo y como en algún lugar escuché: ten cuidado con lo que deseas, puedes correr el riesgo de que se te cumpla tu deseo. Y eso no siempre es tan bueno.

Honestamente agradezco el tener una familia que no me deja solo y que siempre está ahí. Gracias Dios, gracias vida por eso.

jueves, 19 de junio de 2008

Escuchar un disco completo

Este tema quizá no sea nada nuevo. Y menos aqui en la red, y mucho menos aqui en el mundo fabuloso de los blogs... pero me latió esto de escribir acerca de escuchar discos.

En un mundo globalizado donde estamos tan acostumbrados a bajar las rolas solitas de internet ya sea por vías de pago o de otra índole, se nos ha olvidado lo que es escuchar la obra completa de un artista. Su propuesta musical... la cual no se compone sólo del éxito del momento... me ha pasado que al escuchar el disco completo, he descubierto tracks que para nada son escogidos por las emisoras de radio o que de plano pasan del gusto general, pero que a mí en lo particular me han encantado. Incluso, he hecho apuestas con mi esposa por vaticinar los posibles sencillos que se desprendan de tal o cual disco.

Escuchar un disco completo, era una práctica que había dejado de hacer desde que los discos eran de acetato, de 45 revoluciones... si... ya llovió de eso... pero qué les puedo decir. Lo más curioso es que mis últimos discos de acetato escuchados fueron mucho más viejos incluso que yo mismo: se trataban del "Inagada da Vida" (ignoro si lo escribí bien) de Iron Buterfly, un disco doble del Deep Purple y unos discos en vivo de Juan García Esquivel y su orquesta en un recital para los universitarios.

Con la llegada del disco compacto, o CD, se tenía la ventaja de elegir de inmediato la rola de moda y se optaba por omitir los tracks que la acompañaban. Al menos eso me pasó con los últimos que he comprado. Escuchaba por única y primera vez el disco completo y, si no estaba en el momento adecuado para disfrutarlo, a lo más que llegaba era a poner nuevamente la rola de moda y posteriormente lo guardaba. Era un desperdicio.

Posteriormente, y gracias al Napster, Imesh, Mozzilla, E-mule, Lime wire y demás, pude descargar sólo las rolas que me interesaban de los grupos y artistas que el mainstream (popero, alternativo y demás) me sugerían. Me volví experto en armar compilaciones de canciones sueltas en el itunes y mis playlists son famosillas entre mis allegados por ser "estados de ánimo con música". Ja, ja, ja, ja... ¡qué mamón! Lo cierto es que al estar armando mis famosos playlists, me daba a la tarea de fusionar distintas canciones para dar como resultado un conjunto coherente, dar la sensación de un todo.

A veces mis criterios para armar ese playlist son muy estúpidos, sólo me imagino estar en una situación equis y comienzo a evocar las rolas que me gustaría escuchar en esa situación. Es por ello que tengo varios discos de compilados que uso para ir en el tráfico, o para pintar una pared, o para una tarde de lavado de ropa, o para estar en una cena especial con mi esposa, o para dormir a gusto, para no dormirme en el tráfico, vaya... los pretextos son variados para poder acomodar las canciones a capricho. A veces uso de criterio rolas que se parecen, o covers de otras rolas, o las rolas que yo escuchaba a tal o cual edad. A final de cuentas cada playlist es un concepto diferente y es precisamente a este punto al que yo quería llegar.

Entre la nueva oferta de grupos que nos ofrecen los medios, hay uno en especial que me ha gustado mucho: Austin Tv. Conseguí algunas canciones sueltas de este grupo y me armé unos playlist con ellas... lo cual me parecía muy disfrutable... hasta que conseguí un disco de ellos. Ese día llegué a casa y lo puse en el reproductor... me senté a escucharlo, cerré los ojos y... no, no me quedé jetón, pero traté de comprender el porqué habían puesto esas rolas que yo conocía (no todas, algunas) en ese orden... lo volví a escuchar y comencé a disfrutarlo como un todo... un disco es como una novela o una película... es una obra completa.

Poco a poco me he dedicado a conseguir discos completos de algunos grupos actuales y también discos completos de mis grupos ya clásicos (para hacer una relectura de los mismos), y me he procurado escucharlos completitos en la medida que mis obligaciones me lo permitan, sin hacer otra cosa más que eso: escucharlos. Disfrutrar de su orden, de sus tracks ocultos, de su concepto. Es como estar en contacto íntimo con el grupo o con el artista... como establecer el diálogo con el escritor al leer sus páginas o con el cineasta al disfrutar de su película.

Escuchar un disco completo es un placer que se debe recuperar en estos días. Es rendirle un homenaje al trabajo de quienes se involucraron para hacerlo. Hay discos dispares y muy difíciles, hay otros muy suavecitos que se van escurriendo por nuestros oídos de manera amable y cadenciosa (como me sucedió con el In Rainbows de Radiohead)... pero creo que hay que darles la oportunidad no sólo una, sino dos, tres o más veces... hay discos que hasta una quinta lectura global acaban de revelarnos ese saborcito oculto que tienen (en lo personal a mí me pasó con el SINO de Café Tacvba).

Así que la próxima vez que escuchen un disco, permítanse hacerlo con calma y, por respeto a sus creadores, generen el ambiente propicio para hacerlo. El mismo respeto y tiempo que le podemos dedicar a un libro o a una película, dediquémoslo a escuchar un disco. En verdad les servirá para redescubrir a sus artistas favoritos. No se arrepentirán.
Enhorabuena.

Catarsis ante una situación laboral precaria y por demás tortuosa y encomiadamente miserable

Hay un momento en la vida en el que estás a punto de reventar. Comienzas a sentirte insatisfecho con lo que has logrado, con lo que has obtenido y con lo que has hecho. Dejas de sentir las mismas ganas de llegar al trabajo, las quincenas llegan y lejos de provocarte regocijo, nada más te dan coraje de ver que tanta pinche sobada de lomo sirve para pura vil chingada. Tu aumento prometido desde hace más de 6 meses quedó atorado en alguna parte del sistema burocrático, de acuerdo a la versión oficial de tu directivo, cuando bien sabes que no ha salido por puro y simple capricho de tu superior inmediato. De Dios en la oficina... porque partirse la madre no es suficiente. Porque no te has alineado... porque no sirves para lamer el suelo que pisa y, al contrario del resto de sus esquiroles, por mostrar tu valía le has hecho quedar como el pendejo más grande que existe sobre la Tierra, aún sin tú ni él saberlo... hasta que alguien le hace una "lectura" externa...

Quieres seguir los caminos indicados por el protocolo institucional para pedir lo que consideras justo por tu esfuerzo, vaya no pides nada extraordinario, sólo algo que compense las centenares de horas extras que nunca te han pagado y el sacrificio de tu propia vida personal en pos de cumplir con tu deber en beneficio de la empresa... al menos quieres un poco de equilibrio económico que compense el hecho de que por estar echando los cuajos frente a la máquina, te estés perdiendo de un momento familiar, un rato de convivencia con tus amigos o tiempo de calidad con tu pareja y tus hijos... nop... la empresa requiere de tu sangre y siempre querrá más hasta que estés seco y alguien más joven, más pendejo y más dispuesto que tú llegue a desplazarte.

Ingenuamente, crees que haber estado encerrado en ese pinche sótano (sin ventanas y con un aire acondicionado que apesta a humedad y que sólo le está poniendo más en la madre a tus pulmones) te ha dado la experiencia suficiente para poderte desempeñar en otro lado. No pos no... sabes resolver situaciones con cero presupuesto... y sabes sacar la chamba con todos los pronósticos en contra... es más... te has hecho experto en sacar bomberazos sin ningún incentivo extra más que mantenerte en un sistema de trabajo que te he hecho creer que todos tus años de estudio y de preparación de nada sirven y que eres menos que cero. Que hay una larga fila de individuos que anhelan que te corran para poder tomar gustosamente tu puesto y con menos de la mitad de lo que te pagan actualmente. A eso llamo fomentar la sensación de pertenencia en la política interna de la empresa.

Lamentablemente no eres un caso aislado. Ni es la primera vez que te sientes así en un trabajo. Lo mejor es buscar un nuevo lugar en donde te puedas desarrollar. Eso si... siguiendo la máxima que dice: "busca trabajo cuando tengas trabajo".

Das un paso a la vez, primero comienzas a deshacerte de los apegos. Recuerda, te hacen el favor de asignarte un equipo y un lugar poara que te desempeñes en tus labores, así que no es tu escritorio, ni tu computadora, ni tu silla, ni nada de eso... es más... ni siquiera son tus ideas... cuando llegas te hacen firmar un contrato donde prácticamente les cedes los derechos de cualquier cosas que pienses o aportes al desarrollo o benficio del sistema de producción de la empresa. Viendo las cosas así de frías, puedes comenzar a despedirte poco a poco de todo eso.

Comienzas a renovarte poco a poco, no tan de putazo para que todo mundo lo note, pero vas comenzando a buscar un nuevo lugar o un a nueva oportunidad para desenvolverte mejor. Haces un balance de tus deudas y de tus posibles ingresos... vas haciendo un colchoncito, por si tu nuevo sitio de trabajo no es tan chido como lo suponías... el chiste es no limitarse ni quedarse estático...

Lo que si es muy importante es quitarse de lado la idea pendeja de que en tu trabajo van a valorarte en ausencia, es muy cagado hablar con excompañeros que te encaminan la charla para investigar si su ausencia ha provocado algún desaguisado en el ánimo del jefe o de los directivos (pinche iluso). Si te piensas ir de tu actual chamba, lo haces y ya. A la chingada todo lo demás. Nadie te va a extrañar, a nadie le va a importar si vives o mueres o qué demonios pase contigo mientras sus salarios lleguen a tiempo y completos. Quizá te extrañe la señora de los cafés o la de los dulces y los cigarros sueltos, por el ingreso que dejaste de representarle, pero nada más...

También es importante que consideres que a pesar de que te sientas fatal en tu actual chamba, no es nada recomendable hablar mal de ella en tu trabajos potenciales, el factor "patear el pesebre " es tan malo como hablarle mal de tus exparejas a tu actual pareja. Por muy pinche que te sientas en un lugar, más pinche te vas a ver despotricando ante tus potenciales patrones de los anteriores. Hacerlo así en un post como lo estoy haciendo, tal ves se lea ardilla, pero de menos te resulta terapéutico y te ayuda a no explotar. Además como dije anteriormente, no eres un caso aislado.

Lo que si se vale es replantearse en cuanto a objetivos. Y hacerse una autoevaluación que nos permita ser objetivos en cuanto a los alcances reales de nuestras habilidades y de nuestras gracias. Hay que evaluar nuestra propia calidad de trabajo y hacer un recuento: checar nuestras áreas de oportunidad y comenzar a pulirnos en ellas. El chiste no es salir como todo un mediocre de un trabajo infame a caer como un pendejo en otra chamba más o peor de infame que la anterior. Aquí la cuestión es progresar, no salir raspado en el cambio.

Sobretodo, y creo que lo más importante es salir con la cabeza en alto y por la puerta grande, tal y como llegamos. Que nuestra salida sea más digna que nuestra permanencia.

He dicho.

PD.
Espero que si alguno de mi superiores lee este post (que lo dudo, les valgo madres) tenga la madurez necesaria para saber que estoy haciendo uso de un derecho de libertad de expresión y que tome una posición madura y que no se vaya a arder con lo aquí expuesto. Y si deciden correrme, ya que se hicieron pendejos con lo de mi aumento, de menos que se vea un poco de buena voluntad en mi liquidación... ja, ja, ja, ja, ja... se vale soñar.

martes, 17 de junio de 2008

The Perry Bible Fellowship

Este post es único. Dado que no se me ha ocurrido un tema bueno acerca del cual postear, les voy a recomendar un sitio web llamado The Perry Bible Fellowship. Les voy a copiar tal cual el correo de quien me lo recomendó a mi:

A los que les guste el humor negro e ironico entren en esta pagina de el autor Nicholas Gurewitch (estan todos en ingles pero tratare de hacerme el tiempo para traducir unos cuantos y subirlos).aca una reseña de la pag con un copiar pegar del tamaño de un buque de la pag taringa que a su vez lo copio y pego el usuario RURDY:

The Perry Bible Fellowship (Tremendo copy de Wiki )

The Perry Bible Fellowship (o PBF) es una tira cómica y webcomic. Apareció en el periódico The Daily Orange, de la universidad de Syracuse, en el estado de New York. Los cómics son usualmente de 3 o 4 cuadros de largo, y generalmente se caracterizan por la yuxtaposición de imágenes basadas en la realidad o fantasía con un humor absurdo o morboso. Los temas comunes son la religión, sexualidad, guerra, ciencia ficción, suicidio, ironía, violencia, muerte, etc.

Contenido
Pese al contenido ofensivo en las tiras cómicas, este rara vez recibe quejas. El contenido a veces ha sido comparado con la tira de Gary Larson, Far Side, por el humor demente de PBF.

Arte
El arte en PBF varía constantemente. Mientras algunas tiras contienen figuras humanas simples con sólo ojos y boca como cara, otras están muy pintadas y con grandes detalles. A veces, el estilo artístico cambio dentro de la tira. Un contenido recurrente son los dibujos simplistas de figuras humanas con pequeños detalles o realismos, parecidos a los Smilies. En una tira, parodiando a Charlie y la fábrica de chocolate, los dibujos se asimilaban a las tiras de Quentin Blake, mientras otra fue una imitación al macabro estilo de dibujo de Edward Gorey. Otra tira fue creada usando pixel art, basado en el juego de NES, Punch Bout!!

Publicación
PBF es actualizado una vez a la semana (originalmente los domingos, correspondiendo así a su origen "bíblico", pero ahora lo hace los domingos). Gurewitch ha dicho que se publica tan irregularmente el cómic por las labores que implica dibujarlo.[5] Aparece en alrededor de una docena de periódicos, incluyendo el New York Press, The Chicago Reader y The Guardian. PBF también aparece en Maxim e ION Magazine.[6]

El 1 de agosto del 2006, después de varios meses en un sitio temporal manejado por Cheston Gasik, el cómic se movió a su sitio permanente de internet, pbfcomics.com. Autor, Nicholas Gurewitch Nicholas Gurewitch nació el 9 de marzo de 1982 in New York, y vive actualmente en Manchester, New York. Asistió a la Universidad de Syracuse, donde estudió cine y donde fue publicado su cómic por primera vez, en el periódico The Daily Orange. el link es este http://www.pbfcomic%20s.com/

Disfruten de ellos y SALU2

jueves, 12 de junio de 2008

Indiferencia, Ignorancia, Indolencia...

Hay una frase por ahí que dice que las cosas comienzan a existir a partir de que reciben un nombre que las designe. En algunas historias he visto situaciones donde los personajes se encuentran con otros personajes menores (niños, mascotas, y demás) y al asignarles un nombre les "crean" una identidad característica y particular. En otras historias, al contrario, he visto ejemplos de cómo mostrar indiferencia ante la adversidad y de esta manera se contrarrestra su influencia o su poder hacia úna situación en particular, un ejemplo de ello es la forma en la cual es derrotada la Gorgona Medusa por Perseo, al cubrirse éste los ojos para no ser petrificado por la mirada del mounstruo. Si no lo ves, no existe...


Todo esto viene a colación porque existen personas que ante un problema recurrente o del cual les pesa hacerse cargo, optan por ignorarlo. Usan la indeferencia como un arma para poder salir adelante ante algo sobre lo cual pueden no tener control. Pero no siempre ignorar un problema es la mejor forma de solucionarlo. Al contrario... es escapar de la responsabilidad que tienen sobre la resolución del mismo. A final de cuentas se convierte en un duelo de voluntad contra la presencia del problema... lo ignoran, lo pasan de largo, lo minimizan... esperando que el problema se resuelva por sí solo o que evolucione hacia una situación nueva y más manejable... ¡Qué pinche bodrio de actitud! ¡Como si sólo echándole un trapito encima a los problemas, fuera suficiente para desaparecerlos!


Lo lamentable es que estas personas usan sus cortinas de humo para desentenderse de los problemas a los cuales les da hueva darles solución. Tergiversan las cosas, se confunden a propósito o de plano hacen uso del galano arte de hacerse lo más pendejos posible para fingir que nada pasa. Esa situación da como resultado la proliferación de la impunidad, la irresponsabilidad y el abuso de poder, entre otras linduras. El "aquí no pasa nada" es síntomático de un sistema en franca decadencia, de una tiranía de la indolencia y del egoísmo más exacerbado del cual se pueda tener registro. Es una medida desesperante ante una situación límite... es una prueba a la paciencia que finalmente orilla a la desesperación...


Lo peor de todo es que a veces dependemos de personas que son así: jefes, gobernantes, líderes morales y políticos, amigos, autoridades y, en general, una pléyade de personajes similares que nos hacen el favor de hacernos la existencia interesante. Con un gran gozo y gusto en este momento los mando a chingar a su puta madre a todos ellos... al menos es algo más propositivo que meramente aguantarme o ignorar el asunto como si no sucediera nada... y seguirá sin pasar...

Finalmente cierro este post preguntando al amable lector si se sabe la diferencia entre ignorancia e indolencia... Pues... ¡no lo sé y me vale madres!

Abur.

miércoles, 11 de junio de 2008

Si te vas a animar a vivir...

Creo que no hay cosa más fácil que se le dé al ser humano que quejarse. Si... ¡a huevo que si! Sólo basta con abrir nuestra boquita y soltar una retahíla de "ayes" y "pobre de mi... ¡ay infelice!" que la buena señora de Libertad Lamarque se nos quedaría corta aún juntando todos los sufrimientos que tuvo en la pantalla. Y por otro lado están los aguantadores (los estoicos) que nomás se pandean pero que no se quiebran. En ambos casos, el extremo es malo.

Como que siento que el estoicismo está medio malentendido... no se trata de quedarse calladito como si nada pasara mientras te patean la entrepierna con unas botitas con casquillo... ni de quedarse como estatua mientras los demás llegan y te usan de escupidera... Más bien se trata de enfocarte en lo que sucede y, en vez de gastar saliva, tiempo y dinero en quejarte, puedes buscar una solución. Ya que si por más que buscas la solución, ésta no llega o no la encuentras, pues ahora sí te pones a mentar madres a diestra y siniestra.... ja, ja, ja, ja, ja...

No pos no.

Creo que si eliges tal o cual forma de vida y al final no te funciona, lo que menos debes de hacer es quejarte... es por ello que el libre albedrío es muy importante, nadie puede obligarnos a estar en una situación que no nos parezca favorable... a veces le achacamos nuestra desgracia a los demás cuando en realidad los que la hemos cagado somos nosotros.

Cada acto que cometemos trae una consecuencia, es decir, a cada acción corresponde una reacción, algunos agregarían de igual magnitud y en sentido contrario... otros más creen en algo que se llama Karma. Yo creo más bien en la causalidad más que en la casualidad...

El hecho es que cada cosa que hagamos va aimplicar un riesgo, lo queramos o no... desde tirarse un pedo hasta casarse... el simple hecho de salir a comprar algo a la tienda nos implica un riesgo porque nos podemos tropezar, se nos puede perder el dinero, nos pueden dar mal el cambio, o simplemente, nos puede dar un aire cruzado... en realidad los riesgos vienen cuando no ponemos todos nuestros sentidos focalizados en lo que queremos realizar... si nos fijamos bien por donde vamos, no nos tropezaremos; si tenemos bien sujeto nuestro dinero, no lo perderemos; si nos fijamos en el vuelto que nos dé el tendero y preguntamos el precio de lo que estamos comprando, bueno no será fácil que nos demos por tranzados, y si nos vestimos de acuerdo al clima y a la ocasión, dudo mucho que el tal aire cruzado nos haga mal alguno...

Poco hablo de mi profesión (Diseñador de la Comunicación Gráfica y Visual), pero si hay algo que le he de agradecer es que me ha enseñado a observar. Observar como parte inicial de una metodología para realizar algo. Yo sé que se lee esto como algo muy mamón y divagado, pero en realidad no lo es tanto. Esto de la observación se trata de analizar, de preveer y hasta de predecir lo que va a suceder con la simple inspección de una situación dada.

Por ejemplo... si ayer me comí unos tacos en la calle con la más nula condición higiénica, es muy probable que tendré alguna consecuencia en mi organismo, si al día siguiente esta consecuencia se me manifiesta mientras camino en la calle y necesito con urgencia ir a un sanitario en medio de una zona industrial donde las cuadras son laaaargas y eternas y ni siquiera preví que de mínimo debo cargar un rollito de papel entre mis cosas... pos la neta estoy jodido... y no es que uno sea san chingón o que te vuelvas pitonizo... simplemente estás usando el sentido común y un poco de experiencia, porque será robot aquél que lea estas líneas y me diga que no ha estado en una circunstancia similar en la cual necesitan con urgencia un sanitario y... al encontrarlo les toca el más asqueroso y ni qué decir si tiene papel higiénico...

Así es la vida... de eso se trata... de estar lo más preparados posible para lo improbable, para lo inesperado... quizá en nuestras primeras experiencias nos ha tocado pasar las de Caín... pero aprendemos a capitalizar lo que nos pasa... aprendemos a ser más precavidos (OJO: SER PRECAVIDO NO ES LO MISMO QUE VIVIR CON MIEDO) y a tener mayor posibilidad de salir avantes ante las situaciones que se nos presentan.

A pesar de eso, no terminamos de aprender nunca.

La vida es un gran albur... y apesar de tomar todas las preocauciones oportunas, es probable que algo no salga tal como lo habíamos planeado... en ese caso hay que re-aprender y tomar nuevas notas y consideraciones e intentarlo una vez más... pero siempre lleva la idea de que siempre harás tu mejor esfuerzo, estando alerta pero sin ser paranoico, simplemente aprendiendo a leer las señales, observando... simplemente aprendiendo a observar...

Es muy fácil quedarse todo atemorizado como naúfrago en tu casa, en tu sillón frente a la televisión, o frente a la computadora navegando horas y horas por internet... o chateando o viviendo una vida simulada en Second Life o los Sims o cualquier cosa que se le parezca... como dije en algun post muy anterior, a veces lo analógico es mejor que lo digital... y la vida se vive analógicamente, no a través de una pantalla o de un teclado y un mouse... o un joystick...

Si aún no te animas a vivir... creo que deberías considerar lo que te estás perdiendo allá afuera, no es lo mismo leer las reseñas de un concierto o mirarlo por youtube que estar ahí y gritar y emocionarte y combinarte con toda la energía que se genera en un evento así... lo mismo pasa con las otras actividades... si te vas a animar a vivir... hazlo ahora... porque la vida avanza y no espera... y no creo que sea grato que te des cuenta que ya se te diluyó mientras tú mirabas el maratón de Sex and the City o mientras visitabas los foros porno amateur o bien, mientras jugabas a salvar la galaxia...

La vida es aqui... la vida es ahora... después no vale la pena quejarse.

domingo, 8 de junio de 2008

La lluvia real no moja a los amigos imaginarios...

¿A poco no está de poca esta frase?

Reflexionemos un poco en sus connotaciones, implicaciones y derivados.

La saqué de aquí: http://todacarneeshierba.blogspot.com/2008/06/madreselva-liniers.html

Espero lo disfruten.

De la mejores cosas de la vida...

A veces estamos tan absorbidos por la rutina, el trabajo, los pagos, las noticias, quesque el petróleo ya no es nuestro si le metemos inversión extranjera, (chingao, ¿por qué no se dejan de mamadas de que el petróleo es de todos si bien sabemos que sólo los cuello blanco han podido obtener ganancias a costa de él?) que si se acaba el seguro de tu carro y hay que renovarlo, que nos quedamos sin trabajo y tras varios años de servicial esclavitud, sólo nos dan una patada en la cola y nos tratan peor que a terroristas confesos, que si sí, que si nó... en fin... entre tanto desmadre que conforma nuestras vidas... comenzamos a fantasear con un tiempo de relajación en una alberca cercana a una playa donde nos sirven unos tragos coquetos (supongo que son coquetos porque traen sombrillitas multicolores) y el sol nos matiza de colores fenomenales un ocaso pocamadre, mientras disfrutamos de un servicio de lujo (mismo que en cuanto veamos la cuenta de lo que cuesta, de inmediato nos sentiremos peor por haber gastado tal cantidad de plata en un simple capricho), o nos imaginamos un fin de semana cachorrón con nuestra pareja en una cabaña mega lujosa en los alpes suizos mientras hacemos cochinadas en la nieve y disfrutamos de una copita de vino de la lujuria a la luz de una hoguera fenomenal cual video mamonezco de Luis Miguel... o bien, nos vemos paseando por todo el mundo como estrellas de rock en gira mundial, o teniendo una horda de esclav@s sexuales atendiendo nuestros más perversos deseos, y la lista es larga... muy pendejamente larga...


Vivimos en un mundo regido por los medios y por la cultura del deseo y el consumismo (y no me refiero al "con su mismo pantalón, con su mismo suéter, con su misma vieja" y demás), quizá exista alguien entre nuestros lectores (ja, ja, ja, ja... pendejo de mí como si hubiera un chingo a los que les interesara leer estas mamadas... ja, ja, ja, ja...) que tal vez piense que soy un estúpido perdedor ardilla que jamás se ha dado un gustito en la vida y me diga que él (o ella) sí ha vivido la vida como se le ha pegado su regalada gana. Y no dudo que en verdad existan personas así... ¡qué bueno!... existen personas acostumbradas a querer tirarse un pedo en líbano y al siguiente fin de semana están rociando en territorio libanés sendos gases mortales cual escape de camión de transporte público troncal del estado de México. Hay quienes nunca se quedan con ganas de nada, tienen todo lo mejor que la vida les puede ofrecer... bueno, siempre y cuando lo puedan pagar con Mastercard o con VISA... mientras tanto, habemos quienes nos partimos la madre a diario bajo el yugo de quienes se valen de nuestro trabajo para darse esos gustos...


Lo más cagado del asunto es que me ha tocado platicar con aquellas personas que viven esa vida que sólo en nuestras más pachecas fantasías nos podemos dar... y cuál es mi sorpresa que pienso que se la viven felices y demás y lo que me vengo a encontrar es un gran vacío... una continua aburrición y cansancio por seguir vivos... tienen la ilusión automática de comprarse el teléfono móvil de moda antes de que lo haga su mejor cuate y así lo pueda mamonear mientras sale un modelo mejor... pero de ahí no pasa... son como un gran hoyo negro que absorbe, que traga, que pide, que exige, que clama por atención, pero que no es capaz de dar nada a cambio...


Viven una vida de ensueño pero están aburridos... insatisfechos... vacíos al final del día...


A través de la magia de internet he sabido de quienes llevan una existencia fenomenal, no se preocupan de cuánto van a gastar por tener una fiesta en Tenerife, o visitar un fin de semana el Mar Muerto y arrojarle un Red Bull para ver si revive tantito, o se toman una foto en una playa distinta cada semana, o bien nos muestran sus sonrisas cansadas en una calle maravillosa de París o de Praga, o bien nos cuentan lo cagado que fue que los regañaran por sacarse una foto con flash en plena ceremonia de un recinto sagrado, o una y mil más experiencias monas que tuvieron en su deambular a través del mundo.


Y cuando los tienes enfrente y les preguntas cómo se sienten al respecto y qué es lo que van a hacer el resto de sus vidas, te miran como si fueran unas pobres almas indefensas y sus ojos cristalinos cual mascota rechazada en el hospicio canino por el niño entusiasta y te responden: "No sé", "He pasado por tres intentos de darle un rumbo a mi vida y aún no me hallo"... "hoy cuando me desperté sólo me dieron ganas de morirme y me deprimí"...


¿Y la vida de ensueño? ¿Y la actitud cool con la que salen en las fotos en su gira mundial dónde se quedó? Seguramente se fue en algún punto a la mierda. Lo peor del asunto es que esperan que les tengas tanta lástima y tanta compasión como si tus propias preocupaciones sólo fueran una mamada ante el inmenso dolor que sufren.


Ése es el síntoma muy común de quienes se saturan de la vida hasta exprimirle su último significado. Es propio de las personas que están acostumbradas a que les sirvan y que no valoran el esfuerzo que implica conseguir un sueño o un anhelo. Es la otra cara de las historias de quien sólo conoce el éxito... el éxito de tener un padre con relaciones de poder y con dinero... el éxito de tener una tarjeta adicional a la que le puedan sumar cuentas y más cuentas sin siquiera preocuparse por pagarlas... el éxito de vivir a costa de las prerrogativas que les da la empresa por estar en un puesto ejecutivo... el éxito de vivir a costa de los pendejos... (sean tus padres, amigos, empleados, y anexos...)


No sé si se deba a una extraña ley de Murphy acerca de la compensación universal... no sé... quizá la relación entre disfrutar de un bien o servicio sea inversamente proporcional al esfuerzo implicado para obtenerlo... o sea mero Karma...


En algunos casos el camino se vuelve más interesante que el destino. En otras ocasiones se disfruta tanto uno como el otro... y quizá lo que para algunos sea una gran experiencia, para otros sea una mera mamada...

Lo cierto es que, en general, se nos ha olvidado disfrutar de la vida en sí. Se nos ha olvidado lo maravilloso que es despertar día con día... lo genial que es tener quien nos ame y a quien amar, lo bello que es llegar a casa con la tranquilidad y la seguridad de encontrar a tus seres amados esperándote... Yo conozco a muchas personas que son una bala en la oficina y que al llegar a casa se encuentran con una pared y una habitación vacías. Sólo les responde el eco. Y no digo que eso sea lo malo... la cuestión aquí es que sean capaces de soportarlo y de apreciarlo... y de aceptarlo.

Nos amargamos porque no pudimos acudir al estreno de la temporada, o porque nuestro presupuesto sólo nos alcanzó para que llegáramos a Tepetongo en lugar de Maui, en fin, ponga usted amable lector la razón más común y pendeja que se le pueda ocurrir o bien, sea sincero y exponga aquí su discapacidad para disfrutar lo que la vida le da...

Ahora que soy esposo y padre, me he dado cuenta que las mejores cosas de la vida son muy bastas y gratuitas: no he podido quizá darme las vacaciones que creo merecerme, pero he encontrado mucha paz y tranquilidad en un abrazo de mi esposa, o en observar la tranquilidad con la que se duerme mi hijo... he visto sus caritas sonrientes con esa alegría exclusivamente dirigida hacia a mí, generándome una sensación tan hermosa que ningún paraíso "viaipiezco" podrían producirme en ocasión alguna. No he encontrado mejor espectáculo que mirar a los miembros de mi familia jugar e interactuar con Mateo, mi hijo. Sus caras de felicidad al cargarlo, al recibir sus babeadas, sus sonrisas... al verse reflejados en esa mirada maravillosa y misteriosa que sólo un bebé puede tener.

Y antes de eso... antes de ser padre... incluso esposo... es maravillosa la sensación de despertarse y saberse amado... aceptado... acogido por un alma afín a la tuya... escuchar una canción que te ponga de buenas en el tráfico... mirar los tonos naranjas y ámbares con los que el sol pinta las cosas a manera de buenos días... la amabilidad del conductor del transporte público que te cede el paso... cuando te acuerdas del chiste que te contó tu cuate cuando le diste un aventón... intercambiar los saludos de los buenos días con las personas que te encuentras de camino a tu oficina... recordar el nombre del señor que tan estoicamente hace el aseo de los sanitarios y sin embargo no deja de saludarte con el tuyo, recibir la invitación a ser parte de la red de amigos de Facebook o de Hi-5 de quien ya hacía tiempo que no veías... tener esa conversación interesante con alguno de tus amigos mientras te dedicas un pequeño tiempo para distraerte de las presiones del trabajo...

Algunas cosas, las mejores quizá, las pasamos por alto... no nos damos cuenta de lo importante que es nuestra salud para disfrutar de un paseo por el parque... o que nuestra nariz aún sea capaz de disfrutar los olores de un pan recién horneado, o que nuestra condición física nos permita aún pasear y caminar largas horas tomados de la mano de la persona a quien amamos. O simplemente, poder abrazar a nuestros seres amados... y un largo e infinito etcétera...

Yo no cambiaría una gran noche de pachanga, por el divertido preámbulo de dormir a mi bebé a ritmo de la rolita de Balú (el oso del libro de la selva) por la noche. No me importa tener o no una posición de poder en mi trabajo, si al llegar a mi casa soy ignorado o no requerido.

No hay nada más reconfortante que compartir una velada de café y cigarrillos con amigos y constatar que la vida ha sido amable con ellos como lo ha sido contigo mismo...

Lo mejor de la vida no está en la exclusividad de la situación, sino en la intencionalidad y en la intensidad para disfrutarla... pasar sobre otros para disfrutar algo, no es real... no puedes pasártela bien rodeado de mierda... a menos que seas un cerdo...

Tal y como versara un jingle publicitario de un canal de televisión abierta mexicano hace más de 20 años: "Las mejores cosas de la vida... te están esperando."

miércoles, 4 de junio de 2008

Otra vez de actitud

De alguna manera, mucho de cómo nos va en esta feria que es la vida depende de cómo la tomemos y de la actitud que tengamos frente a ella, con todo y sus sorpresivos eventos. Está bien que a veces parezca que estamos en una mala racha, pero no creo posible que siempre estemos hasta la madre de lo que nos sucede. ¿En dónde queda nuestra inteligencia emocional o de menos lo que se llama madurez si ante el más mínimo evento que esté fuera de nuestro control estallamos como pinches bombas atómicas?... si... arrasando con todo y todos y cada vez enfureciéndonos más...

Creo que comienza a cagarme esta situación de tener que lidiar con la furia propia y la de los demás. No es posible que la gente vaya por la vida con tal grado de error en su propia convicción al estallar en furia cuando algo o alguien no realiza las cosas de acuerdo a como él o ella designen cómo hacerlo. Creo que es la manifestación más estúpida y primitiva que puede tener un ser humano. Peor aún si esa persona es la cabecera de una familia o está en un cargo de poder. Entonces se desata una pendeja tiranía basada en el terror que se siembre en los corazones de los demás.

Lamentablemente, como parte de la condición humana, el grueso de la población guardamos más los recuerdos malos que los buenos (creo que eso se da como parte de un primitivo mecanismo de memoria inconsciente que nos permite reconocer a posteriori un peligro potencial), y eso hace que cualquier montón de buenas obras que hagamos en nuestra vida sean borradas por un sólo acto violento o negativo que cometamos.

Eso es muy triste... en verdad que si... a veces nuestra propia pendeja ira no nos permite darnos cuenta que no sólo con el acto violento en sí, sino con una mera conducta sutilmente hostil, podemos herir la susceptibilidad de personas más sensibles que nosotros.

No es justo que eso suceda... porque la ira siembra miedo... el miedo genera rencor y el rencor no tarda en convertirse en odio...

La ira no gana amigos, sólo atrae aislamiento, encierro, soledad y más ira...

Y todo se puede evitar con un leve cambio de actitud...

Simplemente... disfrutar...

Esta semana que corre ha sido una semana muy especial para mi familia. Resulta que tras 5 años de servicio y tras cumplir con una incapacidad de dos semanas a causa de un accidente de trabajo, mi esposa fue despedida. Al principio, su reacción fue de sorpresa... aún no acaba de creer que con engaños le habían hecho ir al departamento de recursos humanos, en donde le ofrecieron un discurso políticamente amable y sin darle por escrito razón alguna, le extendieron su carta de renuncia voluntaria. Mi esposa se negó a firmar y dijo que quería hacer sus propias cuentas. Regresó a casa con el shock a cuestas y la confusión en su mirada. Holga comentar que mi esposa era muy apreciada por sus compañeros de trabajo, menos por sus jefes. Ella siempre tenía una sonrisa y una frase amable para todo aquél que se le acercara. Eso me incluía a mí. Esa es una de las razones por las cuales me enamoré de esta mujer: sin importar la circunstancia o lo precario de la situación, siempre hay que guardar una pequeña luz de alegría para iluminar el rostro. Al mal tiempo, buena cara, versaría el dicho popular.

Las siguientes 24 horas consistieron en una tormenta de consejos, deducciones, suposiciones, desilusiones, falsas esperanzas, indirectas, más confusiones, incertidumbres y connatos de llanto, pero no hubo tristeza en su rostro... mi esposa experimentó al final del día una sensación de alivio y de libertad, que al identificarla plenamente, le dió un poco de vergüenza aceptarla.

¿Ahora qué vamos a hacer? me preguntó por la noche mientras reuníamos algunos documentos para avalar sus cuentas y su situación laboral en caso de que existiera un conflicto cuando fuera a aclarar sus dudas. Mi respuesta fue muy sencilla: "ahora vas a disfrutar a nuestro pequeño hijo de casi 4 meses. Ahora vamos a disfrutar la posibilidad de estar con la tranquilidad de que no vas a dejar de verlo por largos períodos de tiempo. Y vamos a disfrutar nuestro tiempo juntos... Nada es fortuito, y cuando algo te deja es porque algo mejor está por venir. Vamos a disfrutar la planeación de la construcción de nuestro propio negocio. Y lo vamos a llevar a cabo...".

Miré en sus ojos ese brillo tan especial que me hace sentir tan seguro, y la abracé con todas mis fuerzas. "No te preocupes... somos esposos y te amo... en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza... además, tenemos a nuestro bebé y no vamos a enseñarle a que se amilane ante la contrariedad." Le dije antes de besarla y volverla a abrazar.

Y si hay algo que he aprendido de mi esposa ha sido eso: Disfrutar de la vida. Gracias a Dios estamos sanos los tres, nos amamos intensamente, nos comprendemos, nos complementamos, nos divertimos mucho y nos disfrutamos a cada momento.

Sé que este es un parteaguas en nuestra vida cotidiana, pues con ambos sueldos ahí la íbamos llevando; ahora con uno menos va a ser necesaria más creatividad para administrarlo. Pero no es el fin del mundo. Es un cambio y nada más. Sé que los cambios asustan... en el último año vaya que hemos sabido de cambios: el embarazo de mi esposa, el nacimiento de nuestro bebé, las mudanzas constantes y temporales, mi inesperado accidente de auto, su accidente laboral y ahora su despido. Pero también ha sido un año de aprendizajes y de lecciones importantes. Sabemos que al final del día contamos (a Dios gracias) con el apoyo de nuestras familias de origen, contamos con nosotros mismos y con nuestros talentos.

Tras asesorase con el organismo gubernamental para conflictos laborales, mi esposa tuvo al fin un panorama más claro y comprendió que, a pesar de lo súbito de su despido y sus dudosas condiciones de finiquito, hay un plan superior para cada uno de nosotros. Y un pleito legal sería desgastante y con pingües resultados. Así que, convencida de hacer lo correcto, firmó su liberación y cordialmente aceptó su pago.

Hay batallas que mejor se ganan sin desenvainar la espada, y sin violencia. Ésta fue una de ellas. En un ambiente laboral hostil e inseguro, con nulas opciones de crecimiento profesional y menos motivaciones para seguir adelante, mi esposa supo encontrarle gusto a su trabajo. Ahora está libre de eso y tiene un abanico de posibilidades de crecer fuera de ese ambiente, antes de ser contaminada. Se siente libre y feliz.

Y yo como su esposo quiero contribuir a que así siempre sea. Para que de hoy en adelante continuemos dedicándonos a no sólo vivir la vida... sino simplemente... disfrutar de ella...

Te amo Tania.

lunes, 2 de junio de 2008

Una réplica al post anterior

A propósito del post anterior, una amiga me comentaba lo siguiente:


"Todos queremos un cuento de hadas... lo más dificil de lograr es el " y vivieron felices", sería interesante ver realmente cuántas personas sobreviven al matrimonio y cuantas son felices... lo más importante, ¿qué piensan del matrimonio?... ¿y qué tan honestos son con sus parejas?, ¿qué porcentaje realmente dice lo que siente y qué porcentaje lo oculta por no herir a su pareja?, ¿quién se sobrepone de los fantasmas y quién nunca los deja ir?, ¿quién realmente perdona y olvida y quién sólo olvida pero nunca perdona?, ¿quién simplemente vive sin ser feliz por que así cree que es el matrimonio?, ¿quién es fiel?, ¿quién pone el cuerno al segundo mes de casado y cree que tener relaciones o ver otra mujer no es infidelidad?, o ¿besar a alguien, hasta que punto una infidelidad? ¿es sólo física? o ¿qué? ¿por imaginarse estar con otra persona ya es infidelidad? las relaciones humanas es un tema brutalmente extenso con miles de opiniones que nunca se terminará, ¿quien vive con una persona por no saber vivir solo?"

Honestamente, está cabrón este asunto, así que... si acaso alguien más pasa por aquí y quiere dejar alguna opinión, están cordialmente invitados.

Ja, ja, ja, ja... Hay cosas que van más allá de lo que se ve a simple vista...
Stay tuned.

domingo, 1 de junio de 2008

Historias de amor

Tal parece que después de muchicientos años, el canon impuesto por William Shakespeare en su obra de teatro Romeo y Julieta sigue vigente hasta la actualidad. Ese amor desenfrenado y juvenil que nos lleva a arriesgar hasta la vida en el imposible proceso de conseguirlo.


Seamos francos, a ninguno de nosotros nos parece muy atractiva la idea de una historia de amor plenamente realizado y consumado. Y baste con checar cualquier novela o película rosa que se nos ponga enfrente: tenemos a dos personajes con una situación establecida, los cuales se conocen y, ya sea por flechazo o por un proceso progresivo, se enamoran y se dan cuenta que andar de la manita no les va a ser tan fácil como parece, dado que varios factores ominosos se interpondrán entre ellos para evitar así que consumen su sublime relación.


Sea cual sea la situación, es muy bien sabido y más que comprobado que la desgracia y el desasosiego, el sufrimiento y la insatisfacción venden y son más rentables que la felicidad y el amor alcanzado. Quizá sea por eso que la mayoría de estas historias, cuando llegan a tener un final feliz, terminan precisamente cuando se ha alcanzado esa meta.Quizá Romeo y Julieta hubiera perdido la magia de ser "la historia de amor" si nos hubiéramos enterado que todo fue un ardid del cura, y que tras los cortejos fúnebres, en el cobijo de la noche y la penumbra, fue a despertar a los amantes y les dio lo necesario para que hicieran realidad su amor con otras identidades y en otro lugar. Quizá no hubiera habido mayor interés en saber que con el paso del tiempo, se llenaron de hijitos y que Julieta se puso gorda y que Romeo se partía la espalda 16 horas diarias en el campo para darle de comer a su pequeña tropa y a su mujercita. Peor aún, saber que en un intento por salir de la rutina, Romeo se mete con una meretriz que le contagia la sífilis y el pobre termina sus días loco y maldiciendo el día en que conoció a la coautora de sus desgracias: la grácil y etérea Julieta. Mientras a ella no le va tan bien, pues al dejar de percibir los ingresos pingües de su marido, se obliga a meter a algunos de sus hijos a trabajar y en el proceso, un par de ellos mueren por cansancio y desnutrición, mientras que a una de las hijas la embaraza uno de los patrones o de los acreedores, quien no acepta reconocer al producto y todavía encima de ello, les desahucia por no tener capacidad de pago. Julieta termina, desesperada huyendo por la noche con sus hijos aún vivos y abandona a Romeo en el hospital para que termine sus días ahí solo. Posteriormente va en busca de su padre para pedirle un poco de apoyo y descubre que su padre la desconoce y la manda a castigar por manchar el recuerdo de su hija muerta. Los pocos nietos que le sobreviven crecen con rencor y urden un plan para matar al abuelo desalmado y tomar lo que les corresponde por derecho. En el proceso, Julieta muere bajo las ruedas de una carreta desbocada, mientras huye de algunos comerciantes que la descubrieron robando viandas para ella y sus hijos. Tan-tán, fin de la historia de amor más grande de todos los tiempos. Bienvenida la nueva historia de Juan Osorio para producirla en el Carnal de las Estrellas, o de menos de Jiménez Pons para pasarla en la tarde en lugar de las (tele)novelitas repetidas de relleno que programan en TV Azquea para los que vamos a comer a las fondas o los que hacemos cola en el banco o en el seguro social nos percatemos que la espera es mucho más infame de lo que ya es.

Nadie nos ha dicho qué pasa después del "... y vivieron felices y comieron perdices", para empezar... ¿alguna vez han visto el tamaño de una perdiz? ¡Son mínimas y raquíticas! Por otro lado, se supone que las que protagonizan las historias de amor son princesas buenas para nada que se la pasan nomás acostadas o echadas o sufriendo o encerradas... a ver... por ejemplo la bella durmiente, si se pasó muchos años en esa condición.... ¡por favor! no me van a decir que no se le atrofiaron los músculos y los ligamentos de las articulaciones, de menos la ropa se le hubiera pegado al cuerpo por acción de los fluidos corporales, la piel se le hubiera hecho de pergamino y hasta llagas en la espalda hubiera tenido por estar tanto tiempo acostada en una sola posición... sin mencionar el alto grado de anemia que se ha de cargar la ruca... ¿se imaginan tener que besar a un adefesio de tal magnitud? ¡que no mamen por favor! Está bien que la realeza europea no es que digamos un dechado de belleza (si no me creen échenle una miradita a la revista "¡Hola!" de España para ver tamaños monstruitos), pero que de menos tengan un poquitito de madre.

Yo creo que por eso la historia de amor más repetida y alabada es la de la Cenicienta, como no comienza de princesa, sino que es toda una mucama, al menos si no le va bien con el cojonudo del príncipe, lo puede mandar derechito y sin escalas a chiflar en la loma y dedicarse a salir adelante con sus talentos, y cuando éstos se le terminen, ponerse a trabajar. Un ejemplo de esto es la doblemente expuesta historia de "Simplemente María", que si mal no recuerdo es un sablazo directo de las historietas que escribiera la Sra. Yolanda Vargas Dulché para la colección Lágrimas y Risas por allá de la segunda mitad del siglo XX.


Y tal parece que la preferencia por las historias de amor mal logradas es universal, como si viniera cosida cual sombra de Peter Pan a la condición humana. Hace muchos ayeres, recuerdo haber visto una caricatura japonesa (creo que era un capítulo del Comando G, Batalla de los Planetas o como sea que los hayan conocido en su país) donde la trama versaba sobre la historia de amor de unos modernos y hippiosos Romeo y Julieta, ambos hijos de dos reinos en pugna, y del interés del villano regular de la serie por mantenerlos separados. A final de cuentas, y luego de destruir una flota de monstruosos robots, los amantes huyen en un jet supersónico y se colocan en sus asientos un poco más tranquilos... y cual va siendo su sorpresa que son sujetados por unas bandas mecánicas que los aprisionan dentro de un robot-cilindro que después se transforma en un pequeño misil y sale disparado para hacer explosión con ellos adentro. ¡Pa' la madre! ¡Cuánta violencia en una caricatura infantil! Al final de la caricatura salía un robot gilipollas que hacía una reflexión patética sobre el romance Montesco-Capuleto espacial.


Las historias de amor que no logra cuajar son muy socorridas, pero tanto se ha abusado de ellas que casi puedo enunciar su fórmula:
Chico A conoce a Chica B, se enamoran pero sus circunstancias particulares no les permiten estar juntos. Luego de librar algunos cuantos problemas lo logran, pero siempre uno de ellos olvida mencionar una parte oscura de su pasado que finalmente termina separándolos.


Honestamente, yo sé que la vida no es tal y como la hubiésemos soñado en algún momento. También sé que a la mayoría de nosotros nos ha pasado que hemos conocido a alguien muy especial y que las circunstancias, el destino, la ira de los dioses, o (siendo más honestos) nuestros propios pendejismos (temores, inseguridades, inexperiencias y una larga lista de etcéteras) nos han dejado con las meras ganas de haber logrado algo con esa persona. Los productores, escritores y en general la gente encargada de los medios también lo sabe y se preguntan… ¿qué habrá más en el mundo: personas felices o personas insatisfechas con su vida? Y luego miran al cielo y se cuestionan: ¿ cuántos de ellos pagarían por ver un atisbo de ligera esperanza que los identifique y los haga sentirse únicos en la vida? Ok…. Creo que ya nos vamos entendiendo…

Dos de los capítulos que más recuerdo, con un poco de congoja en el pecho, de la serie “Años maravillosos” (the Wonder Years) son: aquél donde Kevin y su familia se van de vacaciones y el chavillo conoce a una chica que le bautiza como “ojos bonitos”, viven un intenso romance de verano y al despedirse se juran un amor eterno e indeleble. Tan indeleble como escribir una promesa en la arena. Y el capítulo termina con las fotos instantáneas de ellos dos amarilleándose en un rincón, con la voz en off rematando la historia con un “y jamás volví a saber de ella”. El otro capítulo que recuerdo fue precisamente el final, donde el narrador nos hace saber que a pesar de todo lo que pasaron Winnie Cooper y Kevin durante toda su adolescencia no terminaron juntos. ¡qué chasco! Y sin embargo, de eso se trata la vida, de encuentros y desencuentros. Y cómo cada uno de ellos nos va marcando y nos va preparando para la siguiente persona que venga en turno…

Yo creo que cada uno de nosotros ha disfrutado y sufrido de nuestras respectivas personas en turno… algunas son más intensas que otras, otras más decepcionantes, otras más intensas… en fin, todas y cada una de ellas son parte fundamental del corazón que le entregamos a la persona en turno actualmente… Con detalles y mañas, con golpes y abolladuras… pero siempre dispuesto a creer que esta vez es la definitiva, la verdadera, la correcta… aquella mitad de nuestra naranja para la cual estuvimos preparados genéticamente desde el cielo…

Algunos quizá ya la hemos encontrado y disfrutamos mucho de ello… otros quizá la estén buscando aún, pero lo cierto es que al mirar hacia el reflejo de nuestra sociedad en los medios, nos encontramos que las historias tristes de amor son las más aceptadas… aquéllas donde alguno se sacrifica con la esperanza de otorgar bienestar al ser amado, aquéllas historias donde se rompe un corazón para no destrozar una vida, aquéllas historias donde las segundas partes son tan difíciles como las primeras… no siempre se puede pensar en una segunda o tercera parte con cariño… quizá porque no somos expertos argumentistas y vamos desgastando a los personajes hasta dejarlos secos de sentimientos y hartos de tanto cliché…

En lo particular, mis historias de amor preferidas son aquellas donde el sentimiento trasciende a las personas. Donde hay tanta pasión en un beso o en un encuentro sexual como en un evento cotidiano… y miren que creo que no hay mayor elemento que desgaste al amor que la cotidianeidad y la rutina. Tal y como lo conversaba con una amiga, a final de cuentas un amor sencillo donde sólo se dé y se reciba es lo que se busca para ser feliz en la vida (pero no todo es tan sencillo, hay que saber darle variedad al menú para que no busquemos cambiar de restaurante).

Lamentablemente, estamos más inclinados a la sordidez: nos gusta saber de los amores imposibles que van destruyendo poco a poco a los amantes hasta dejarlos irreconocibles de cómo eran al principio… algunos no sólo nos ha bastado con leerlos o verlos en el cine o la tele, algunos quizá los protagonizamos, los testificamos en las cicatrices de nuestra propia alma o los escondemos en los más oscuros rincones de nuestros recuerdos… o de nuestro olvido.

Sólo baste con escuchar con atención alguna de las rolas que se programan con tanta sensibilidad en cualquier unidad de transporte público, temas tales como engaños, adulterios, triángulos amorosos, crímenes pasionales, abandonos, insatisfacciones, sueños y promesas no cumplidos, pérdidas, reencuentros, y mucho más encontramos en las letras de esas canciones que tan alegremente tararea el grueso de la población (disponibles en su tianguis favorito o en su estación de radio estilo la Zeta).

Algunas de estas conductas se deben a las carencias personales de los participantes de una ópera amatoria: el temor al compromiso, la obsesión hacia el otro, el vacío interno, la eterna insatisfacción, la baja autoestima, la inseguridad, los celos, la ira, la curiosidad, la cobardía, el atrevimiento, la estulticia emocional, la confusión, las taras, las psicopatías, parafilias, y demás ingredientes.

Hay películas que nos relatan amores imposibles como “Chasing Amy” o “Los amantes del puente nuevo”; otras más que nos hablan de amores extraños (“Crash: Extraños placeres”, “De amor y restos humanos”); de amores inducidos por la manipulación de los sentidos, como en el casi de “El Perfume”, de amores perdidos y encontrados como en el díptico “Un hombre y una mujer” y “Un hombre y una mujer 20 años después”, amores fantásticos y sobrenaturales (Ghost, la sombra del amor; Sexto sentido); amores y romances rosas que desafían las posibilidades (Serendipity, Sliding Doors); y amores en apariencia planos, pero que encierran el enfrentamiento y la conjunción de dos mundos (Mi gran boda griega)…

A final de cuentas, nadie quiere estar solo en el mundo realmente. Todos tenemos la capacidad de dar y recibir amor, en la medida en la cual la vida misma y la forma en la cual canalizamos nuestras experiencias nos lo permiten.

Simple o tormentosa, dulce o intensa, quizá la historia de amor que más nos debería de gustar es la que protagonicemos nosotros mismos: aquella que supere todas nuestras circunstancias, buenas o malas; la que nos marque para siempre y que al recordarla nos haga sonreír y disfrutar más esta vida que hemos elegido.

De alguna manera no creo que sea arbitrario el hecho de que nos interesen las historias de amor de tal o cual naturaleza, dado que (visto desde un frío punto de vista) el amor nos hace fijarnos en la existencia del otro y funciona como un mecanismo de supervivencia evolutiva y de permanencia en el planeta. Va mucho más allá del mero instinto de reproducirnos como especie, pero no deja ser un elemento base para ello.

En lo personal, vivo a diario mi propia historia de amor, aquella en la que agradezco a diario por al amor dado y recibido, aquella en la que planeo el día con día y aquella con la que afronto el caos inesperado que es esta experiencia de vivir. Vivo mi historia de amor retroalimentándome con mi esposa y con mi hijo. Sintiéndome parte de algo… quizá pequeño pero algo nuestro (de mi esposa y mío) al fin: nuestra familia. Es una historia con altibajos y problemas, muchos de los cuales auténticamente se arreglan con ofrecer una disculpa y mencionar un “te amo”. Nunca dejamos de apoyarnos, aunque se trate de la más grande barrabasada que se nos haya ocurrido, siempre estamos al pendiente de nosotros mismos y anteponemos nuestro mutuo bienestar a cualquier otro interés ajeno. Todos los días disfrutamos el hecho de estar juntos y permanecer así… ¿qué les puedo decir? Es una historia muy divertida, con mucho aprendizaje… Dudo que se trate de una codependencia, o de una simbiosis, más bien creo que es una relación interdependiente y correspondiente… cada día se refuerzan los motivos por los cuales estamos casados y por los cuales esta historia nuestra de amor continúa…

Pero dudo mucho que una historia así sea de su interés…

¿Y a tí te gustan las historias de amor?

En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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