lunes, 2 de junio de 2008

Una réplica al post anterior

A propósito del post anterior, una amiga me comentaba lo siguiente:


"Todos queremos un cuento de hadas... lo más dificil de lograr es el " y vivieron felices", sería interesante ver realmente cuántas personas sobreviven al matrimonio y cuantas son felices... lo más importante, ¿qué piensan del matrimonio?... ¿y qué tan honestos son con sus parejas?, ¿qué porcentaje realmente dice lo que siente y qué porcentaje lo oculta por no herir a su pareja?, ¿quién se sobrepone de los fantasmas y quién nunca los deja ir?, ¿quién realmente perdona y olvida y quién sólo olvida pero nunca perdona?, ¿quién simplemente vive sin ser feliz por que así cree que es el matrimonio?, ¿quién es fiel?, ¿quién pone el cuerno al segundo mes de casado y cree que tener relaciones o ver otra mujer no es infidelidad?, o ¿besar a alguien, hasta que punto una infidelidad? ¿es sólo física? o ¿qué? ¿por imaginarse estar con otra persona ya es infidelidad? las relaciones humanas es un tema brutalmente extenso con miles de opiniones que nunca se terminará, ¿quien vive con una persona por no saber vivir solo?"

Honestamente, está cabrón este asunto, así que... si acaso alguien más pasa por aquí y quiere dejar alguna opinión, están cordialmente invitados.

Ja, ja, ja, ja... Hay cosas que van más allá de lo que se ve a simple vista...
Stay tuned.

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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