jueves, 19 de junio de 2008

Escuchar un disco completo

Este tema quizá no sea nada nuevo. Y menos aqui en la red, y mucho menos aqui en el mundo fabuloso de los blogs... pero me latió esto de escribir acerca de escuchar discos.

En un mundo globalizado donde estamos tan acostumbrados a bajar las rolas solitas de internet ya sea por vías de pago o de otra índole, se nos ha olvidado lo que es escuchar la obra completa de un artista. Su propuesta musical... la cual no se compone sólo del éxito del momento... me ha pasado que al escuchar el disco completo, he descubierto tracks que para nada son escogidos por las emisoras de radio o que de plano pasan del gusto general, pero que a mí en lo particular me han encantado. Incluso, he hecho apuestas con mi esposa por vaticinar los posibles sencillos que se desprendan de tal o cual disco.

Escuchar un disco completo, era una práctica que había dejado de hacer desde que los discos eran de acetato, de 45 revoluciones... si... ya llovió de eso... pero qué les puedo decir. Lo más curioso es que mis últimos discos de acetato escuchados fueron mucho más viejos incluso que yo mismo: se trataban del "Inagada da Vida" (ignoro si lo escribí bien) de Iron Buterfly, un disco doble del Deep Purple y unos discos en vivo de Juan García Esquivel y su orquesta en un recital para los universitarios.

Con la llegada del disco compacto, o CD, se tenía la ventaja de elegir de inmediato la rola de moda y se optaba por omitir los tracks que la acompañaban. Al menos eso me pasó con los últimos que he comprado. Escuchaba por única y primera vez el disco completo y, si no estaba en el momento adecuado para disfrutarlo, a lo más que llegaba era a poner nuevamente la rola de moda y posteriormente lo guardaba. Era un desperdicio.

Posteriormente, y gracias al Napster, Imesh, Mozzilla, E-mule, Lime wire y demás, pude descargar sólo las rolas que me interesaban de los grupos y artistas que el mainstream (popero, alternativo y demás) me sugerían. Me volví experto en armar compilaciones de canciones sueltas en el itunes y mis playlists son famosillas entre mis allegados por ser "estados de ánimo con música". Ja, ja, ja, ja... ¡qué mamón! Lo cierto es que al estar armando mis famosos playlists, me daba a la tarea de fusionar distintas canciones para dar como resultado un conjunto coherente, dar la sensación de un todo.

A veces mis criterios para armar ese playlist son muy estúpidos, sólo me imagino estar en una situación equis y comienzo a evocar las rolas que me gustaría escuchar en esa situación. Es por ello que tengo varios discos de compilados que uso para ir en el tráfico, o para pintar una pared, o para una tarde de lavado de ropa, o para estar en una cena especial con mi esposa, o para dormir a gusto, para no dormirme en el tráfico, vaya... los pretextos son variados para poder acomodar las canciones a capricho. A veces uso de criterio rolas que se parecen, o covers de otras rolas, o las rolas que yo escuchaba a tal o cual edad. A final de cuentas cada playlist es un concepto diferente y es precisamente a este punto al que yo quería llegar.

Entre la nueva oferta de grupos que nos ofrecen los medios, hay uno en especial que me ha gustado mucho: Austin Tv. Conseguí algunas canciones sueltas de este grupo y me armé unos playlist con ellas... lo cual me parecía muy disfrutable... hasta que conseguí un disco de ellos. Ese día llegué a casa y lo puse en el reproductor... me senté a escucharlo, cerré los ojos y... no, no me quedé jetón, pero traté de comprender el porqué habían puesto esas rolas que yo conocía (no todas, algunas) en ese orden... lo volví a escuchar y comencé a disfrutarlo como un todo... un disco es como una novela o una película... es una obra completa.

Poco a poco me he dedicado a conseguir discos completos de algunos grupos actuales y también discos completos de mis grupos ya clásicos (para hacer una relectura de los mismos), y me he procurado escucharlos completitos en la medida que mis obligaciones me lo permitan, sin hacer otra cosa más que eso: escucharlos. Disfrutrar de su orden, de sus tracks ocultos, de su concepto. Es como estar en contacto íntimo con el grupo o con el artista... como establecer el diálogo con el escritor al leer sus páginas o con el cineasta al disfrutar de su película.

Escuchar un disco completo es un placer que se debe recuperar en estos días. Es rendirle un homenaje al trabajo de quienes se involucraron para hacerlo. Hay discos dispares y muy difíciles, hay otros muy suavecitos que se van escurriendo por nuestros oídos de manera amable y cadenciosa (como me sucedió con el In Rainbows de Radiohead)... pero creo que hay que darles la oportunidad no sólo una, sino dos, tres o más veces... hay discos que hasta una quinta lectura global acaban de revelarnos ese saborcito oculto que tienen (en lo personal a mí me pasó con el SINO de Café Tacvba).

Así que la próxima vez que escuchen un disco, permítanse hacerlo con calma y, por respeto a sus creadores, generen el ambiente propicio para hacerlo. El mismo respeto y tiempo que le podemos dedicar a un libro o a una película, dediquémoslo a escuchar un disco. En verdad les servirá para redescubrir a sus artistas favoritos. No se arrepentirán.
Enhorabuena.

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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