miércoles, 11 de junio de 2008

Si te vas a animar a vivir...

Creo que no hay cosa más fácil que se le dé al ser humano que quejarse. Si... ¡a huevo que si! Sólo basta con abrir nuestra boquita y soltar una retahíla de "ayes" y "pobre de mi... ¡ay infelice!" que la buena señora de Libertad Lamarque se nos quedaría corta aún juntando todos los sufrimientos que tuvo en la pantalla. Y por otro lado están los aguantadores (los estoicos) que nomás se pandean pero que no se quiebran. En ambos casos, el extremo es malo.

Como que siento que el estoicismo está medio malentendido... no se trata de quedarse calladito como si nada pasara mientras te patean la entrepierna con unas botitas con casquillo... ni de quedarse como estatua mientras los demás llegan y te usan de escupidera... Más bien se trata de enfocarte en lo que sucede y, en vez de gastar saliva, tiempo y dinero en quejarte, puedes buscar una solución. Ya que si por más que buscas la solución, ésta no llega o no la encuentras, pues ahora sí te pones a mentar madres a diestra y siniestra.... ja, ja, ja, ja, ja...

No pos no.

Creo que si eliges tal o cual forma de vida y al final no te funciona, lo que menos debes de hacer es quejarte... es por ello que el libre albedrío es muy importante, nadie puede obligarnos a estar en una situación que no nos parezca favorable... a veces le achacamos nuestra desgracia a los demás cuando en realidad los que la hemos cagado somos nosotros.

Cada acto que cometemos trae una consecuencia, es decir, a cada acción corresponde una reacción, algunos agregarían de igual magnitud y en sentido contrario... otros más creen en algo que se llama Karma. Yo creo más bien en la causalidad más que en la casualidad...

El hecho es que cada cosa que hagamos va aimplicar un riesgo, lo queramos o no... desde tirarse un pedo hasta casarse... el simple hecho de salir a comprar algo a la tienda nos implica un riesgo porque nos podemos tropezar, se nos puede perder el dinero, nos pueden dar mal el cambio, o simplemente, nos puede dar un aire cruzado... en realidad los riesgos vienen cuando no ponemos todos nuestros sentidos focalizados en lo que queremos realizar... si nos fijamos bien por donde vamos, no nos tropezaremos; si tenemos bien sujeto nuestro dinero, no lo perderemos; si nos fijamos en el vuelto que nos dé el tendero y preguntamos el precio de lo que estamos comprando, bueno no será fácil que nos demos por tranzados, y si nos vestimos de acuerdo al clima y a la ocasión, dudo mucho que el tal aire cruzado nos haga mal alguno...

Poco hablo de mi profesión (Diseñador de la Comunicación Gráfica y Visual), pero si hay algo que le he de agradecer es que me ha enseñado a observar. Observar como parte inicial de una metodología para realizar algo. Yo sé que se lee esto como algo muy mamón y divagado, pero en realidad no lo es tanto. Esto de la observación se trata de analizar, de preveer y hasta de predecir lo que va a suceder con la simple inspección de una situación dada.

Por ejemplo... si ayer me comí unos tacos en la calle con la más nula condición higiénica, es muy probable que tendré alguna consecuencia en mi organismo, si al día siguiente esta consecuencia se me manifiesta mientras camino en la calle y necesito con urgencia ir a un sanitario en medio de una zona industrial donde las cuadras son laaaargas y eternas y ni siquiera preví que de mínimo debo cargar un rollito de papel entre mis cosas... pos la neta estoy jodido... y no es que uno sea san chingón o que te vuelvas pitonizo... simplemente estás usando el sentido común y un poco de experiencia, porque será robot aquél que lea estas líneas y me diga que no ha estado en una circunstancia similar en la cual necesitan con urgencia un sanitario y... al encontrarlo les toca el más asqueroso y ni qué decir si tiene papel higiénico...

Así es la vida... de eso se trata... de estar lo más preparados posible para lo improbable, para lo inesperado... quizá en nuestras primeras experiencias nos ha tocado pasar las de Caín... pero aprendemos a capitalizar lo que nos pasa... aprendemos a ser más precavidos (OJO: SER PRECAVIDO NO ES LO MISMO QUE VIVIR CON MIEDO) y a tener mayor posibilidad de salir avantes ante las situaciones que se nos presentan.

A pesar de eso, no terminamos de aprender nunca.

La vida es un gran albur... y apesar de tomar todas las preocauciones oportunas, es probable que algo no salga tal como lo habíamos planeado... en ese caso hay que re-aprender y tomar nuevas notas y consideraciones e intentarlo una vez más... pero siempre lleva la idea de que siempre harás tu mejor esfuerzo, estando alerta pero sin ser paranoico, simplemente aprendiendo a leer las señales, observando... simplemente aprendiendo a observar...

Es muy fácil quedarse todo atemorizado como naúfrago en tu casa, en tu sillón frente a la televisión, o frente a la computadora navegando horas y horas por internet... o chateando o viviendo una vida simulada en Second Life o los Sims o cualquier cosa que se le parezca... como dije en algun post muy anterior, a veces lo analógico es mejor que lo digital... y la vida se vive analógicamente, no a través de una pantalla o de un teclado y un mouse... o un joystick...

Si aún no te animas a vivir... creo que deberías considerar lo que te estás perdiendo allá afuera, no es lo mismo leer las reseñas de un concierto o mirarlo por youtube que estar ahí y gritar y emocionarte y combinarte con toda la energía que se genera en un evento así... lo mismo pasa con las otras actividades... si te vas a animar a vivir... hazlo ahora... porque la vida avanza y no espera... y no creo que sea grato que te des cuenta que ya se te diluyó mientras tú mirabas el maratón de Sex and the City o mientras visitabas los foros porno amateur o bien, mientras jugabas a salvar la galaxia...

La vida es aqui... la vida es ahora... después no vale la pena quejarse.

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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