lunes, 8 de septiembre de 2008

En la vacuidad del ser o lo que es lo mismo hoy como que me salí del guión y no sé qué hacer...

Últimamente, me ha invadido una sequedad mental que me ha impedido poder escribir cosas aqui... quizá no sean las más interesantes ni las más inquietantes como su servilleta quisiera pero de menos me sirven para canalizar toda la carga que llevo dentro... sé que me debo varios posts... hace ya más de un mes que mi hijo cumplió los 6 meses, de hecho hoy cumple 7 y no se me ha hacho poder dedicarle otro post. Mañana cumplo 2 años de casado y no sé ni qué regalarle ni cómo celebrarlo con mi esposa... y la verdad es algo que si me emociona y mucho. Por otro lado... me siento como en offside en la oficina... y esa es una cuestión medio cabrona para alguien que vive de lo que su retorcidita mente produce para el beneplácito visual y sensorial de los demás (ok, me estoy adornando pero hago un gran intento por no parecer más patético de lo que ya mesiento al escribir estas líneas). Definitivamente, hoy no me hallo.

Me caga la sensación porque me siento como adolescente deprimido porque se fue el verano y su intención de hacer una y mil cosas se fue con él... como si de verdad hubiera habido mucha oportunidad de hacer algo. Quizá sea el clima... el inminente fin de semana largo que se aproxima en el cual no quiero salir de mi casa y en el cual inevitablemente me tendré que involucrar en el circo que significa para mí participar de una estulta noche mexicana de la cual no quiero ni escuchar. Simplemente no me late la idea. Me siento muy fuera de lugar... y siento que estar ahí mientras el resto de los humanos se divierte y yo tengo mi jeta de dos metros, no es sano ni justo para nadie. Quizá mi vena antisocial se está rebelando luego de tantos años que permaneció sometidona... no lo sé... por otro lado... no siento nada estimulante mi trabajo... la neta eso de que encuanto me cae el sueldo, se vaya en pagar deudas y ni siquiera sobre para una pinche ida al cine está bien cabrón... Me consuela mucho el hecho de que al llegar a casa me encuentre con mi esposa y mi bebo... los amo tanto y los disfruto tanto... los adoro... sin embargo me da mucho coraje conmigo mismo no encontrar las fuerzas ni los ánimos de sentirme tan desfasado como lo siento ahora si los tengo a ellos y complementan de maravilla mi vida... eso me da coraje conmigo mismo... honestamente me encabrona... vaya... ya alguna vez una amiga me había comentado que soy muy duro conmigo mismo... pero creo que eso no basta... porque sigo sin dar paso en firme... me cag... me caga... me caga...

Espero que mañana sea mejor día... además cumplo dos años de casado... eso es pocamadre... adoro a mi esposa y quiero que se sienta súper feliz... creo que parte de nuestra celebración comenzará con un cambio mío de ánimo (no tan gris ni tan sombrío) y ya veremos qué pasa... creo que eso es lo que me caga... el "ya Dios proveerá"... me caga que las cosas no salgan como las planeo... que tenga que depender de terceros para hacer mi chamba o mis cosas o participar en concursillos arreglados donde sólo se impone la voluntad de los pendejos que se regodean de poder y creen que comportarse como maestras de kinder amargadas les gana el respeto de los subalternos... no hay nada peor que un pendejo con poder... bueno... si... un pendejo con iniciativa... eso es lo peor....

Chale... pos ya le llego a mi planeta... espero que esto mejore conforme avanza la semana.

Abur.

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En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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