miércoles, 30 de julio de 2008

No quiero ir

El otro día me comentaban en la oficina que habían visto un programa donde una persona puso una agencia que alquilaba personas que iban en representación de uno a eventos en los cuales no se estaba interesado en acudir y que, sin embargo, era imposible eludirlos. En lo personal eso a mí me parece como el plot de un cómic o de una película de verano.

Pero créanme, en este momento sería práctico hacer uso de sus servicios. Eso de tener en puerta un méndigo evento al cual no le veo el caso de acudir más que de servir de relleno en un salón de fiestas cucho en el cual no conoces a nadie y a los que conoces, la neta te importan un reverendo comino...

Lo mejor del asunto es que tu asistencia fue decidida sin que te encontraras siquiera de cuerpo presente. Carajo.

Está cabrón eso de estar haciendo vida social con personas ni siquiera te interesa saber si existen o no. A mí qué chingados... si en algo creo ser muy honesto es en hacer patente mi indiferencia hacia el resto de los seres humanos. No es que me hayn hecho algo, ni mucho menos, sólo es que no me importan. Punto. Eso incluye no tener el mínimo interés en asistir a sus eventos, de tal manera como yo respeto que no asistan a los que yo organizo.

Es parte de mi política de práctica de la discresión inversa y retribuitiva. Es decir, ni me meto en tus asuntos y tú respetas los míos. La mutua ignorancia redunda en una reconfortante existencia pacífica.

Acabo de pasar por un mes un poco pesado y lo último que quiero es poner mi mejor cara de "cómo esta usted" con un madral de desconocidos que, insisto me importan una reverenda madre. Peor aún, esta tarde, de postre, me he enterado que tengo otro evento en un punto alejado, muy alejado de mi hogar... de tal manera que si me punzaba el ombligo por asistir al evento de este fin de semana, al que sigue voy a estar mayormente jodido de ir a otro que me implica un esfuerzo y un desplazamiento mayor aún.

Sip, está de la chingada este asunto. Y es que de plano no sé por qué no se acepta plena y llanamente que no quiero asistir a ninguno. No por compromiso. No a huevo. Así ni los zapatos (me consta) entran. Lo peor del asunto es que en ambos eventos trabajo ese mismo día y al día siguiente, lo cual los hace un poco más odiosos para asistir.

Voy a buscar en internet. Igual y encuentro un sitio donde en lugar de mandar un sustituto, pueda mandar un holograma. O mejor aún. Una disculpa.

miércoles, 23 de julio de 2008

¿Cómo sacas de onda a alguien en fa?

Le dices que se limpie el moco que trae expuesto.

Simple.

¡Ja, ja,ja!

Chale, no se me ocurre ningún título para esto...

Yo creo que las carencias no justifican las conductas.

El que de plano no tiene madre, pos nació huerfanito y ya. Es una total y absoluta arbitrariedad echarle la culpa al mundo de las propias acciones y no asumir sus consecuencias.

El que la cagó, la cagó y ya. A limpiar se ha dicho.

Vaya pues.

lunes, 21 de julio de 2008

La eterna otredad añorada

Hay personas a las que jamás se les da gusto en nada. Siempre buscan algo nuevo en qué entretenerse, o un nuevo reto qué alcanzar, o una nueva conquista, o algo más... siempre en busca de algo más... o alguien más... tal pareciera que no pueden quedarse conformes con lo que han alcanzado... Y no... no estoy haciendo un llamado a la mediocridad o al estancamiento, sino más bien hablo de la eterna insatisfacción y ambición que algunas personas padecen... los llamados espíritus libres o almas inquietas que están siempre añorando algo.

En alguna ocasión hablé acerca de la preferencia por las historias de amores imposibles, e inalcanzables... mi discurso va más por esa vía que por la búsqueda de la mediocridad.

Es esa insatisfacción la que nos hace aburrirnos de lo que tenemos, lo que no nos permite disfrutar lo que alcanzamos... ya sea un estado de ánimo o uno material... siempre se busca más, la saturación inmediata de lo que logramos nos impide disfrutar de nuestros éxitos, de nuestros logros y alcances y siempre quedamos rumiando en pos de algo más.

Algo más.

Alguien más.

Nunca es suficiente. Nada es suficiente.

Carajo...

A veces sólo es la ambición por poseer lo nuevo, por experimentar la efímera sensación de novedad, de estar a la moda, de seguir la imagen de lo que se nos vende como determinantes de la definición de nuestra condición de individuos, lo más in, lo más advance, la mejor opción, la más nueva...

Eso se aplica también a las personas: la mejor vieja, el wey con más varo, la más cachonda, el más carita, el más seguro, la más independiente, la femme fatale, el latin lover, la chica de los hermosos ojos tristes y la expresión ambigua a la que dan ganas de cuidar, el wey que te haga sentir más querida y más segura, el mejor proveedor, el de mejor cuerpo; y si así cuida sus carro y sus cosas, ¿te imaginas cómo me va a cuidar a mí?... ya no lo soporto, es un encimoso que a todas horas me quiere babear y manosear, pero qué rico abraza, la más indicada para ser la madre de mis hijos, porque fue educada en una escuela de señoritas "nais" (y bien putotas cuando papá y mamá no las ven), quesque esa cahvita está bien rica y sabe lo que quiere, me va a impulsar a hacer lo que mi pinche desidia no me deja, quesque ese wey tiene los medios para ayudarme a lograr mis objetivos, y una vez alcanzados lo mando a la chingada, al fin y al cabo que por eso le pago con cuerpomático, ¿pos qué se cree el muy pendejo? ¿que siempre va a estar moviéndome el clítoris como frenético creyendo que me está llevando al orgasmo?, el muy wey sólo me deja puras irritaciones de cola y con ganas de tener una verdadera cogida; pinche vieja, sólo quiere pasársela chupando mastuerzo y ni siquiera se lava la boca, cree que por las movidas insípidas de cola que me da estoy obligado a soportar las chingaderas de su familita o sus pinches cambios de humor cuando no le salen las cosas como quiere, como que ya es demasiado conflicto y mejor me busco otra cola, como que ya se pasó de gandúl este culerín y mejor me busco al verdadero príncipe azul para el que me estoy preparando; mejor dejo de andar buscando placer y busco a la verdadera, ¿y si mejor le doy vuelo a la hilacha nomás otro ratito?, entrados a los "tas" ya me comenzaré a preocupar por dejar estela...

El hecho es que nunca pasa ni una ni otra, porque nadie es suficiente para cumplir con el canon que solitos se imponen. A veces el síndrome del doctor Frankenstein se permea en la conducta sexual y social de las personas: Que tenga la buena vibra de ése, la lana de aquél otro, la fogocidad de ese mero y la ternura de fulano y la , y la, y la... o como bien versa alguna creencia popular de que los hombres encuentran a la mujer ideal cuando es una dama en la mesa y una puta en la cama... o mejor hacerle caso a la sabiduría rocanrolera que versaba en la rola de los hermanos Carrión (posteriormente cubiatizada y batiinterpretada por la H. H. Botellita de Jerez : "Cuando apenas era un jovencito, mi mamá me decía mira hijito, si es que amor tratas de encontrar... no la busques hijo muy bonita porque al pasar el tiempo se le quita, busca amor, nada más que amor..."

Pero en ocasiones parece que entre más se busca, menos se encuentra, es una de esas leyes murphianas pendejas que la vida se empeña en aplicarnos una y otra vez. El hecho es que algunas personas parecen haber encontrado a esa otra mitad que tanta falta pareciera hacerles, y dada la falta de conocimiento interno, se encandilan con lo primero que les hace caso. O quizá hay personas tan lastimadas que a la primer caricia sueltan la dentellada, Yo creo que cada quien hablará de cómo le fue en la feria en este aspecto. Lo cierto es que a final de cuentas nadie queda conforme del todo.

Hace poco me enteré de alguien que a los pocos meses de casado le puso el cuerno a la esposa. Y sé de buena fuente de muchas relaciones que, previendo ese molesto trámite que podría representar un juicio de divorcio, se ahorran la boda y basan su amor ante el mundo en la idea de un amor libre y sin compromiso.

Yo creo que para hablar de verdaero amor, hay que involucrar no sólo las cuestiones de enamoramiento y de asuntos pasionales, a huevo que influyen mucho la convivencia diaria, las costumbres, el bagaje cultural y educativo de cada uno... bien se dice por ahí en alguna teoría piscológica que en cuestión de amor son 6 los que se van a la cama (Ella, él, y sus respectivos padres). Creo que esto es en alusión a las condiciones familiares que ayudaron a forjar el carácter de cada uno. En nuestras culturas latinoamericanas, está muy arraigado el modelo machista en el cual el hombre trata a la mujer como su sirviente y esclava. La mujer vive y se desvive por su macho.

Me ha tocado conocer mujeres otoñales totalmente emancipadas de esta situación machista con respecto al marido (perdónenme señoras pero la mayoría de ustedes son unas grandísimas pendejas al creer que al marido se le acabaron los humos machistas, si el marido no está en la casa regularmente para someterlas, es porque se buscó a alguien "mejor" que ustedes, no mamen por favor, abran los ojos) pero con respecto a los hijos, casi, casi se ponen como zaleas para que los pinches baquetones pasen por encima de ellas. Ojo: los machistas no nacen, las mujercitas los hacen.

Por otro lado, tenemos a las cabronas, es decir a las putas con actitud de machorrones que creen que por tratar con desprecio a los hombres y por ser unas verdaderas hijas de la chingada para lograr sus mezquinos objetivos en la vida, van a encontrar a alguien que haga las veces de príncipe azul en su insulsa vida. Ok. Vayamos por partes, si una mujer se pone a echar desmadre como si fuera hombre y se pone super peda con los hombres y se da el lujo de jugar con los hombres y aparte busca a un hombre que la sepa hacer feliz, pos está totalmente pendeja. Niñitas, por muy femeninas que sean o se vean... por muy rico que les huela, o por muy buenas que estén, si se comportan como hombres, van a ser tratadas como hombres... por mucha vagina que tengan. Están destinadas a ser las mejores amigas de cualquier cabrón licencioso. Porque además de poder estar en el eterno merequetengue, tienen el plus de ser una cobijita para las noches frías. Y así se les va a ir la vida, cuando se den cuenta de que sus actuales pedas han sido con personas que hace 10 años estaban en la primaria en lugar de la prepa, se van a dar cuenta de que su "experiencia" se está convirtiendo en chochez. Por otro lado... los príncipes (azules, morados, verdes o del color que más les mole) están acostumbrados a que les sirvan y a pasar la vida entre cortesanas. Así que ahí se los dejo de tarea.

Es lógico, si uno mismo no se aguanta, está bien cabrón encontrar a alguien que lo haga por nosotros. Ni nuestros cuates, ni nuestras viejas, ni nuestras familias, ni las adicciones o los excesos nos van a cubrir las cosas que no soportamos de nosotros mismos. Yo creo que cuando estamos en ese estado de que no sabemos ni de qué lado pega el diurex o que ni nosotros mismos nos aguantamos al grado que no soportamos ni vernos en el espejo, es tiempo de hacer un acto de contricción con nosotros mismos o con el Dios al que ustedes más confianza le tengan. El origen de ese malestar radica en que quizá no estamos muy de acuerdo con el estilo de vida que llevamos... y seamos relistas no se trata de tener una pinche vida de potentado estilo dueño de Playboy o rockstar... se trata de que estemos en paz con nosotros mismos para estar en paz con el mundo. De vencer nuestros propios límites para lograr esas pequeñas cosas que le dan un valor extra a nuestras vidas: pongan ustedes una lista de lo que crean que pueden hacer para hacer más llevadera su vida, si no pueden nombrar una sola, pos la neta estás del pinche nabo.

A veces es necesario hacer limpieza desde adentro. Es bien sabido que no se le puede ayudar a nadie que no quiere ser ayudado. Así que no se vale volver a dejar en las manos de otros nuestro propio bienestar. De hecho ése es el meollo de la insatisfacción que muchos padecemos: dejamos descansar en otras personas la responsabilidad de nuestra propia vida. Una cosa es dejarse apapachar ocasionalmente por los demás y otra muy distinta creer que el sol sale en función de nuestros deseos y requerimientos.

Para recibir, hay que dar. Y hay ocasiones en las cuales no recibes del mismo lugar donde diste. La vida es tan cagada que a veces las perosnas de quien más recibes en la vida son las personas a las que jamás has podido darles nada. Porque no lo necesitan. O quizá porque no has podido descifrar que con dar un gracias en retribución basta.

Hermann Hesse tiene una historia acerca de un mago que llegó a un pueblo y que regaló dones a la gente, una mujer pidió para su hijo que lo amara toda la gente, toda su vida. Al correr de los años el niño se convirtió en una persona caprichosa e infeliz por no tener la satisfacción de apreciar realmente todo lo que tenía porque por el amor que le tenía el mundo, todo lo recibía sin esfuerzo. Al final, el chico encuentra al mago y le solicita que le quite el don que su madre pidiera para él. Yo creo que es como una ley básica de compensación fática: se aprecia lo que más cuesta obtener. Y a veces para hacerlo, hay que tener claridad sobre lo que se quiere obtener, o lo que no se quiere lograr. Eso incluye saber escoger a la persona ideal con la cual queremos compartir el resto de nuestras vidas.

La cuestión es que una vez aceptándonos a nosotros mismos con todos nuestros vicios y virtudes, y con la convicción de hacer algo para que los segundos no sobrepasen a las segundas, será más fácil para nosotros aceptar que no existe la pareja perfecta, pero sí la que más se acerque a ello.

Nosotros no elegimos la familia en la cual vamos a nacer, no escogemos a nuestros padres, hermanos o hijos (bueno, a menos de que seas Brangelina y ni tanto...) sólo podemos escoger a la pareja que nos va a acompañar en la fundación de nuestra familia. Por lo que creo que no se vale que una vez teniendo a tu pareja, se esté por otro lado suspirando por otra persona ausente. O presente de más. Creo que se vale tener una fantasía, es evidente que comos seres sexuados tenemos la condición de ejercer esa sexualidad en donde se pueda. Y más que un tema moralino, es cuestión de sentido común y de respeto a uno mismo. Aquellos que creen que las personas son como helados (hoy me gusta fresa, mañana de pistache, pasado napolitano, ahora chocolate...) a final de cuentas terminan asqueados y con el gusto confundido.

Y... pos creo que hasta aqui. Que les sea leve.

sábado, 12 de julio de 2008

Brave New Reality

Esta década de inicio de siglo, milenio y demás, ha consagrado en los medios una nueva tendencia a retratar la vida de lo más cruda y de lo más cínica posible.


Se acaban las actitudes ingenuas ante la vida y se sugieren situaciones que bien parecieran llevar las cosas al límite del límite o bien, que sobrepasan el valor de inverosímiles. Y al final de cuentas contienen elementos tan cotidianos y tan cercanos que logran que te escurra una gota de sudor fría por la espalda.


De repente, estamos invadidos de "héroes" culturales e íconos pop que resaltan por su carencia de valores. De alguna manera es como si los medios nos obligaran a hacer una contricción evaluativa que nos mostrara al mundo con las consecuencias de dejar volar nuestras pasiones e instintos más bajos.


De repente, me encuentro con una lista de los 7 hijos de puta más queridos de la televisión, y nos encontramos con que sobresale gente con problemas de socialización, farmacodependencias, trastornos psicológicos, comportamientos violentos y otras tantas joyitas más.


Durante las décadas pasadas, el estereotipo del hombre rudo y violento recaía en militares, policías, rebeldes, pandilleros y demás... actualmente la imagen de una persona violenta o trastornada se acerca más a la nuestra, o a la de nuestros parientes o nuestros vecinos. Los medios se han dado cuenta de que el ser humano tiene en sí mismo la semilla de su propia destrucción. Y se complacen en hacérnoslo saber. De alguna forma esto ha enriquecido los temas explotados en las series de TV, en las películas y en general en cualquier manifestación de entretenimiento, pero también ha impactado en la respuesta de la audiencia en cuanto a la percepción de su vida cotidiana.


En lo personal estoy complacido con historias más maduras que me hacen pensar y me dejan una reflexión al final del día. También me agrada tener a la mano personajes que pueden tomar la actitud que a mí me gustaría tener cuando las circunstancias me son adversas, por ejemplo poder decirle al jefe que no estoy de acuerdo con su postura o hacerle saber al despachador de la gasolina que sé muy bien que me está dando litros ordeñados, etc... A veces no lo hago por mantener una "sana" relación social. Porque sólo se puede pasar por la vida haciendo lo que se le pegue la gana a uno sin consecuencias en las historias de ficción o perteneciendo al panteón de figuras políticas mexicanas, pletórica de una pléyade de impunidad.


Al menos eso es lo que me han enseñado en casa. Aunque eso de vivir la vida sin consecuencias es relativo, baste con mirar los noticieros con kilos y kilos de información de tal o cual personaje que ha cometido tales y cuales tropelías y al que no le han podido comprobar nada y por lo tanto sale inocente y airoso.


La nueva realidad que me muestran los medios es una realidad donde se ve bien romper las reglas para ser diferente y sobresalir. Donde no importa que seas heterosexual o gay o lesbiana o lo que sea que te guste mientras seas un buen consumidor, y uno solvente. Al final del día, tu dinero siempre vale lo que vale el dinero.


Si quieres saber qué es una democracia, o lo que es no tener barreras de ninguna índole, baste con mirar tus monedas en el bolsillo y preguntarte por cuántas manos y de quiénes han pasado. Y sabrá el santísimo por cuántas más pasará.

En esta nueva realidad que amalgama lo que en verdad sucede con lo que nos quieren hacer creer, los valores se diluyen o se transforman. Un nuevo valor bien aplicado en la ideología mexicana es aquél de "quien no tranza, no avanza", o cada vez tenemos más gente grosera que le vale madres pasar encima de los demás para obtener lo que quiere, así sea un lugar más adelante en medio del tráfico en el periférico, o un lugar en la fila para pagar alguna cuenta. Podría pensarse que las generaciones anteriores son más propensas a guardar compostura, nada más erróneo: me ha tocado que los ancianos son los más majaderos, taimados e hijos de puta más grandes de todos los que me han tocado, creen que por su decrepitud tienen derecho a ser así. Modo de pensar más pendejo no he visto.

Me he topado con personas cuya vida es una colección de atrocidades y tropelías, cuya educación no va más allá del trato que exigen de los demás hacia ellos, como si el mundo se hubiera creado para estar a su servicio y bajo su comando. Son personajes chocantes y patéticos que al enfrentarse con la realidad de que el mundo no es como ellos creían, optan por justificar su cobardía para enfrentarlo en una vorágine de autodestrucción y lastimera trayectoria. Sin embargo, si logran remontar, se transforman en ejemplos dignos de una sociedad pendeja que ha perdido sus valores y al adorarles, sólo hacen monstruos peores de los que estuvieron a punto de librarse. En fin, bien dicen que cada sociedad tiene los ídolos que se merece.

De igual forma, ahora resulta que aquellos que antaño eran los vaguitos, los marihuanitos de la esquina, los asaltantes del barrio, los ladrones de tapones y espejos retrovisores de los automóviles, ahora son los respetadísimos dirigentes populares y representantes del pueblo ante camarillas de mafias disfrazadas de legisladores, son los que deciden si se otorgan o no los servicios públicos, en el mejor de los casos, cuando no se la pasan cobrando un salario en el gobierno por no hacer absolutamente nada, y con ello me refiero a ni siquiera ir a checar, simplemente ir a cobrar... son partícipes de una nueva especie de nepotismo: la de los cuates del barrio.

Y así pasaqn muchas cosas más que nos dirigen a nuestra verdadera perdición... y eso que ni siquiera he mencionado los desmadres ecológicos que están desestabilizando el clima a nivel mundial.

Vemos reflejada esta realidad en los medios y la aplaudimos, la padecemos y no hacemos nada por remediarla... en medio de este panorama habemos quienes tenemos fe de encontrar una situación mejor y nos atrevemos a iniciar una familia. No sé si por costumbristas o por optimistas. Por ilusos o por visionarios. El hecho es que en cada uno de nosotros está cumplir con el sueño individual y egoísta de ser alguien a costa de los demás o hacer algo para beneficio común. Que a final de cuentas repercutirá en nuestros hijos y en los hijos de sus hijos. Sé que quizá suene como una reflexión trillada, pero el hecho de iniciar el cambio está en nosotros mismos, no necesitamos estar en una situación límite para cambiar. Ese es el peor de nuestros pecados: somos reaccionarios, no previsores.

Que sea pues.

miércoles, 9 de julio de 2008

Playlist para un día con lluvia y con gripa

El siguiente playlist es una sugerencia para un día como el de hoy en que ya llevamos 72 hrs. en la ciudad de México bajo las inclemencias del clima y sin sospechar siquiera de que somos los causantes directos de estas vicisitudes ambientales:

  1. Wish You Were Here - Pink Floyd
  2. Forever Young - Youth Gruop
  3. Blue Sunday - The Doors
  4. Ultra Violet (Light My Way) - U2
  5. Perfect Day - Lou Reed
  6. Sing - Travis
  7. Man On the Moon - R.E.M.
  8. God Put a Smile Upon Your Face - Coldplay
  9. Disco 2000 - Pulp
  10. Boys Don't Cry - The Cure
  11. Chinese Children - Devendra Banhart
  12. Beautiful - Christina Aguilera
  13. I´m with you - Avril Lavigne
  14. Only Happy When It Rains - Garbage
  15. Stay Together For The Kids - Blink 182
  16. Sometimes You Can't Make It On Your Own - U2
  17. High And Dry - Radiohead
  18. Cuts you up - Peter Murphy
  19. Modern Love - David Bowie
  20. Beautiful - James Blunt
  21. Homesick - Kings of Conveniance
  22. Somebody - Depeche Mode
  23. Missing - Everything but the girl
  24. You have kill me - Morrissey
  25. Future Proof - Massive Attack


No se incluyen ligas ni ejotes, la idea no es ponerse todo emo, más bien es ponerse ad hoc al climita que buena chinga nos para con sus altibajos, aires fríos, sofoconazos y anexos.
Sea Pues.

sábado, 5 de julio de 2008

Mallrats

De alguna manera es muy cierto aquello de que ser padre de familia te cambia la vida y la forma en la cual ves algunas cosas. Mi hijo está por cumplir 5 meses y hace poco comenzamos a sacarlo un poco más a la calle. Tras mucho pensarlo y, aprehensiones aparte, mi esposa y yo estamos recobrando nuestra rutina de andar como muéganos para todos lados . Ahora incluimos a nuestro retoñín.

Siempre he sido un paranoico de marca, desde siempre me ha gustado optar por la imagen del malo, de la mirada ruda y el gesto adusto... pero en definitiva, cuando traes una pinta así al estar empujando una carreola, una de dos: o creen que te acabas de robar la carreola (con su inquieto contenido), o de plano no te la creen. Y creo que ahora menos, dado que no puedo evitar sentirme orgulloso de mi esposa y de mi bebo y tampoco me es posible evitar poner sonrisa de baboso cuando voy por la calle con ellos.

Ahora bien, eso de andar de paseo por la calle es relativo... al menos en la catastrófica ciudad de México si me da un poco de culo andar así como así con mi familia... igual y eso se debe a que somos habitantes de una ciudad dormitorio y vivimos en los suburbios. Así que en medio de nuestra fresés, nuestro equivalente de andar por la calle con la familia es andar recorriendo los pasillos de las plazas comerciales, mientras observamos los aparadores de los almacenes de prestigio y nos animamos tímidamente a buscar alguna garrita que esté de descuento y que no se vea tan cucha tras un par de lavadas.

Siempre hay algo que llama la atención de un servidor, amén de las cosas obvias que se pueden apoderar furtivamente de un par de miradas indiscretas, la manera en la que la gente viste, la forma en la cual se comportan ante los aparadores de las tiendas, la manera en la cual se comunican entre ellos en una cafetería de franquicia... en fin, siempre me ha parecido que los centros comerciales me indican la forma de reaccionar de la población ante la situación económica por la que pasa el país... quizá sea una mamada de mi parte pero así es.

En cierta forma me siento muy identificado con aquellas jóvenes familias que van con la carreola o con el niño de la mano mientras éstos señalan algo vistoso o que quieren que el padre les compre... vaya, no es que mi bebé de 5 meses ya esté en la edad de pedir cosas, sino que me siento parte de esa sinergia familiar de fin de semana por la tarde. Antes la experimentaba de la mano de mis padres, ahora lo hago del brazo de mi esposa y empujando el carrito donde va mi hijo, devorándolo todo con sus ojos de sorpresa y asombro.

Me siento envuelto en una burbuja de bienestar, sin importar los problemas laborales, las deudas pendientes, las carencias económicas o la quiniela deportiva. Lo único que me importa es recorrer esos pasillos, hacer una pausa ocasional ante algo que le interese a mi amor ya sea para ella, para mí o para nuestro peque. Miro de reojo a mi nene que me sorprende con su mirada limpia e inocente y me regala una amplia sonrisa desdentada y una explosión de luz en sus ojitos. Eso me convierte en el hombre más feliz de esta tierra.

Mi esposa me dice que comienza a tener hambre como para detenernos a concedernos un antojo burguesón y nos metemos a una cafetería a pedir un par de capuccinos helados de sabores y un par de pastelillos... mientras nos sirven nuestra orden, le prepara con velocidad y precisión una mamila a nuestro vástago y le da de mamar su fórmula. Llega la orden y comienzo a consentir a mi esposa, dándole sorbitos de su café y pequeños bocados de pastel. El tiempo parece detenerse y el momento se convierte ya en un clásico automático de nuestros años felices que, dicho sea de paso, espero que sean muchos, si no es que parte de todos los que nos esperan.

Es la levedad de vivir en familia, siendo cabeza de ésta. Es la levedad de vivir en pareja, feliz y pleno. Es la muy soportable levedad del ser que me ha tocado vivir en estos días donde la lluvia se apodera de las calles y de los parques. Y, bajo el cobijo de cielos falsos, paseamos en calzadas de acero, plafones falsos y vidrios en aparador...

Al final, comienza la realidad a golpear, no sólo con la excesiva cuenta que nos representa el pequeño gusto de las bebidas y las golosinas, sino también por las colas enormes para pagar el tiempo de estacionamiento. Lo bueno es efímero... hay que pasar 15 min de tráfico para salir de ése gran almacén de ilusión y vida simulada, mirando a la gente con cara de fastidio porque se acerca el lunes y la jornada propia para ganarse apenas el derecho de volver a las entrañas de esa mesalina tierra de fantasía.

Hasta la próxima. Y sin embargo, el retrato que se guarda en la memoria del momento juntos vale bien la pena.


En las fauces de una fiera llamada vida...

La vida es una vieja gorda que juega damas chinas con la muerte, bebe cocteles exóticos y deja que la muerte le meta la mano debajo del vestido. No es lisonjera ni condescendiente, se burla de nosotros y nos rige bajo las leyes de un tal Murphy.

En fin, ésta pretende ser la crónica del deambular de un ente por los rollos de grasa de la gran vieja gorda. A veces con paseos por sus fauces amén de ser masticados como carne corriosa y deglutidos como un bocado suculento... Con tal de no terminar siendo parte de sus flatulencias musicales...

Sean bienvenidos a este bufete, donde todos compartimos lugar en la mesa, sin que necesariamente estemos sentados a disfrutar de él...

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